En la reunión de carácter técnico, que fue instalada por el presidente de Honduras, Porfirio Lobo, la vicecanciller del país anfitrión del evento, Salomé Castellanos, destacó que la migración es un "fenómeno social" que además implica "una situación de la nacionalidad entre los países nativos y los de adopción".
El evento se celebra en la ciudad central de Comayagua, donde los asistentes abordarán durante dos días temas como atención consular para los migrantes, libre movilidad, legislación y gestión migratoria; seguridad migratoria y migración regional.
Castellanos subrayó que es importante que los países potencien la promoción y protección de los derechos humanos de las personas que abandonan sus países en busca de mejores condiciones de vida.
Agregó que los inmigrantes realizan un proceso de transformación y que los gobiernos tienen la obligación de velar por sus derechos y combatir el tráfico y la trata de personas.
Ese tipo de delitos, indicó la diplomática hondureña, está asociado muchas veces a otras actividades criminales que afectan severamente a mujeres, niños y jóvenes.
El jefe del Departamento de Planificación Migratoria Internacional del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile, Pedro Hernández, por su parte, dijo que el tema de la migración es de "creciente preocupación para las políticas públicas de los países y sus gobiernos".
Añadió que su país, que ejerce la presidencia pro tempore de la Celac, aspira que de la reunión de Comayagua surjan acuerdos sobre la protección de los migrantes.
Hernández se pronunció a favor del fortalecimiento de la institucionalidad migratoria y normas más integrales que garanticen los derechos sociales de aquellas personas que salen de su país de manera forzada.
En Centroamérica, principalmente en El Salvador, Guatemala y Honduras, sus emigrantes, que superan los cinco millones, según registros oficiales, representan una importante fuente de divisas para sus países por los millones de dólares que cada año envían en concepto de remesas familiares.
En Honduras, por ejemplo, las remesas que envían un poco más de un millón de nacionales en el exterior, que en su mayoría vive en Estados Unidos, suman más de 2,500 millones de dólares anuales.