El préstamo "es necesario", destacó Orbán en declaraciones a la radio pública magiar, y vaticinó que "habrá acuerdo" con el FMI, aunque no a cualquier precio.
El primer ministro húngaro había dicho ayer que las exigencias del FMI van en contra de los intereses del país, por lo que no pueden ser aceptadas "así, a este precio".
Aludía así a una lista de supuestas condiciones del FMI, publicada hoy por el diario conservador "Magyar Nemzet", y cuya existencia ha sido cuestionada por gran parte de la prensa local y la oposición.
Entre otros, incluye recortes en las pensiones, un aumento de la edad de jubilación y de los impuestos sobre la renta, la aplicación de impuestos sobre inmuebles, apoyos a los bancos y la eliminación del impuesto al sector bancario.
En este contexto, Orbán reiteró hoy que dichos recortes serían inaceptables para Hungría y que el grupo parlamentario de su partido, el gobernante Fidesz, ha pedido que se elabore una nueva estrategia de negociaciones, algo que se hará "en los próximos 7 o 9 días", según el primer ministro.
El jefe del gobierno recalcó que Hungría no necesita el dinero, y que solo utilizaría el préstamo como una "red de seguridad", hasta que la deuda del país se reduzca del 82 por ciento actual, hasta menos del 70 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB).
La Comisión Europea había bloqueado las negociaciones sobre un préstamo por una polémica ley húngara que, según el Ejecutivo comunitario, limita la independencia del Banco Central Húngaro.
Después de que el gobierno modificara ésa y otras leyes se iniciaron a mediados de julio las deliberaciones sobre el préstamo, que según expertos podría llegar a los 15,000 millones de euros.
Por el momento, se desconoce cuándo se reunirán de nuevo las partes para continuar las negociaciones.