"Si dejamos a los mercados solos, si esperamos la resolución de la crisis sólo de los mercados, hay que temer que se perpetúe todavía tiempo", advirtió Hollande en conferencia de prensa tras un encuentro con los responsables de las grandes organizaciones económicas internacionales (FMI, OCDE, BM, OMC y OIT).
Se trata de "poner regulación donde ha estado mucho tiempo ausente", una idea en la que dijo que hay "una gran coherencia" en todos los organismos participantes en esta cita, que tiene intención de repetir con periodicidad anual.
Consideró que en Europa "se han tomado decisiones muy importantes" en las cumbres de junio y de octubre y que gracias a eso "la zona euro está saliendo de la crisis", pero también puso prisa para decidir sobre el caso griego y sobre "cualquier país" que quiera acceder al Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) y al nuevo mecanismo de compra de deuda del Banco Central Europeo (BCE).
Sobre el debate de si hay que darse más tiempo para sanear las cuentas públicas, se mostró taxativo en que su compromiso "ante los franceses y ante los europeos" es reducir el déficit francés al 3 por ciento del producto interior bruto (PIB) en 2013, y en que no va a pedir un cambio de esas condiciones.
"Si hay una discusión, no será de un país con la Comisión, sino de los europeos" en conjunto, comentó antes de precisar inmediatamente que el objetivo no es ese, sino "el mayor nivel de crecimiento", y que Europa debe trabajar por la "disciplina" presupuestaria y en favor de estimular la actividad.
El director general de la Organización Mundial del Comercio (OMC), el socialista francés Pascal Lamy, fue el único de los interlocutores del jefe del Estado que quiso públicamente lanzar un aviso a Europa en general y a Francia en particular sobre el desafío que afrontan en los próximos cinco años.
Lamy dijo que el 95 por ciento de la demanda durante ese periodo llegará no de los otros países europeos sino de fuera del Viejo Continente, "esencialmente de los países en desarrollo, de los países emergentes" y eso implica que "la actitud hacia la economía internacional debe ser ofensiva, y no defensiva".
Una alusión directa a las declaraciones de proteccionismo económico del ministro francés de la Reconstrucción Productiva, Arnaud Montebourg, pero también al debate político en Francia sobre la forma de recuperar competitividad exterior, con la demanda de la patronal de una baja masiva de las cotizaciones que encarecen la mano de obra (su petición es de 30,000 millones de euros).
En relación a esa cuestión de la competitividad, Hollande aseguró que habrá decisiones en noviembre también sobre los costos laborales, al tiempo que anticipó que "todos tendrán que hacer esfuerzos", incluidos los dirigentes empresariales, y dio a entender que si la disminución de las cargas patronales fuera masiva, habría que subir otros impuestos que amputarían el consumo y tendrían efectos recesivos.
El presidente socialista se erigió en defensor del "interés general", culpó de la actual situación a los diez años de gobiernos de derechas en Francia, y dijo que las reformas que "otros no han hecho" las piensa llevar a cabo "con justicia, responsabilidad y perseverancia".
Hollande contó que con los dirigentes de los organismos económicos habían constatado que la economía global se está viendo afectada por "un crecimiento ralentizado" a causa de la "recesión en Europa", pero también porque es "menos firme que en el pasado en los países emergentes".
En ese diagnóstico -continuó- también está el paro "elevado", en particular en los países con problemas de competitividad, la inestabilidad financiera, que aunque menor que hace un tiempo "no ha desaparecido", así como "un aumento de las prácticas proteccionistas".