En su Informe sobre la Estabilidad Financiera Mundial (GFSR), el organismo subraya que "la reestructuración del sector empresarial endeudado en la zona del euro se ha visto estancada porque no ha concluido el saneamiento de los balances de los bancos. Además, las condiciones de crédito siguen siendo difíciles en las economías de la zona que soportan tensiones".
El alto endeudamiento, la baja inflación y los desequilibrios financieros siguen presentando riesgos, indica el texto, y subraya que si bien la actitud del mercado con respecto a los bancos y las entidades soberanas de la zona del euro sometidas a tensiones ha mejorado, sigue sin estar cerrado el proceso de reestructuración.
Por eso, "las autoridades europeas tienen que impulsar una evaluación rigurosa y transparente de la salud actual del sistema bancario" y tomar luego las medidas necesarias de saneamiento e incluso cierre de instituciones no viables.
Debido a estas condiciones desiguales del sector bancario, la política de tasas de interés muy bajas del Banco Central Europeo (BCE) no ha generado el necesario flujo de crédito para apoyar una fuerte recuperación, en particular en lo que respecta a las empresas de menor tamaño, subraya José Viñals, director del departamento de Asuntos Monetarios del FMI.
El organismo destaca que desde su anterior informe en octubre la estabilidad financiera ha mejorado en las economías avanzadas y empeorado en cierto sentido en las emergentes.
"A medida que la recuperación económica en Estados Unidos se afianza, la política monetaria de ese país ha comenzado a normalizarse", comenta el informe, es decir a reducir sus compras mensuales de bonos del Tesoro.
La política de liquidez de la Reserva Federal (Fed), cuyo objetivo era trasladar dinero de las inversiones seguras al sector privado, contribuyó a que gran cantidad de capital fluyera a los mercados emergentes y en desarrollo que están creciendo con fuerza. Pero al acabarse la extrema liquidez, los fondos se están reduciendo e incluso retirando de estos países, causando turbulencias.
"Tanto en el caso de las economías avanzadas como en el de las economías de mercados emergentes, la transición de la liquidez al crecimiento como impulsor de los mercados requiere una serie de elementos", como una normalización de la política monetaria estadounidense y un nuevo equilibrio financiero en los emergentes.
El Fondo destaca que algunas de estas economías están bien preparadas para hacer frente a las turbulencias, pero en otros casos quedarán de relieve ciertas debilidades. El considerable flujo hacia los mercados emergentes de los últimos años podría revertirse, destaca Viñals.
Y los movimientos podrían verse amplificados "por las bajas condiciones de liquidez del mercado, con más inversores corriendo hacia la puerta de salida que la capacidad de la puerta. Esta avalancha de salida podría extenderse a algunos segmentos de los mercados desarrollados".
El informe destaca asimismo que los efectos colaterales de la crisis política y militar en Ucrania han sido limitados, pero que "los riesgos geopolíticos siguen siendo elevados y pueden constituir un shock para los mercados mundiales".