En una teleconferencia con periodistas, un funcionario del Fondo agregó que la labor del FMI no es la de otorgar financiación directa sino actuar a modo de "catalizador y facilitador" para que Grecia obtenga financiación de otras fuentes.
Aunque no precisó una cifra, ya que aún debe ser aprobado por el Consejo Ejecutivo del FMI en marzo, se espera que la nueva aportación ronde los 13,000 millones de euros.
Pese a restar importancia al monto exacto, subrayó que la contribución al segundo paquete de ayuda financiera griego se mantendrá como la "mayor operación de crédito" del organismo internacional.
No obstante, y a pesar de calificar el principio de acuerdo como "un fundamental paso hacia adelante", el funcionario del Fondo subrayó que para ser efectivo debe ir a acompañado de un definitivo impulso a la agenda de reformas estructurales en Grecia.
"Hemos comprado tiempo y espacio para maniobrar (...) Y otorgar una mayor certidumbre financiera para que las reformas se apliquen", añadió.
Estas declaraciones se producen poco después de la reunión del Eurogrupo en Bruselas el pasado lunes, en la que acordó dar luz verde al nuevo préstamo de 130,000 millones de euros a Atenas y al proceso por el que se efectuará una quita de unos 100,000 millones de euros de la deuda del país en manos del sector privado.
El nuevo paquete, el segundo tras el otorgado en 2010 de 110,000 millones de euros, será sufragada por la llamada "troika" que conforma la Comisión Europea (CE), el Banco Central Europeo (BCE) y el FMI.