El Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) destacó que los indicadores de pobreza en México reportan resultados favorables al cierre de 2016, entre ellos el del ingreso, de acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
Según su Informe de Evaluación de la Política de Desarrollo Social 2016, entre el tercer trimestre de 2014 y el mismo de 2016, el ingreso laboral medido en términos de su poder adquisitivo en relación con la canasta alimentaria tuvo una ganancia de 6.8 por ciento.
En tanto que el porcentaje de la población que no tenía la capacidad de adquirir la canasta alimentaria mediante su ingreso laboral se redujo 6.5 por ciento, expuso el organismo de investigación y análisis del sector privado.
En su reporte semanal “Análisis económico ejecutivo”, recordó que la mejora del poder adquisitivo contribuye a disminuir los niveles de pobreza.
Refirió que los indicadores de carencias sociales muestran un comportamiento favorable entre 2010 y 2015, en especial el que se refiere a la carencia por acceso a los servicios de salud.
Así, mientras en 2010 el 29.2 por ciento de la población no contaba con acceso a servicios de salud, el porcentaje en 2015 se redujo a 16.9 por ciento, en respuesta en buena medida al proceso de formalización que ha llevado a cabo el gobierno federal.
Si bien los indicadores relacionados con la medición de la pobreza han contribuido de manera importante en el diseño e instrumentación de la política de desarrollo social, consideró que también es necesario de mayores esfuerzos, pues los niveles de pobreza y de carencias en el país aún son elevados.
El organismo señaló que las condiciones que beneficiaron la evolución de los indicadores de pobreza en los últimos años parecen haber tenido un punto de inflexión en el último trimestre de 2016.
Esto, porque en ese lapso el tipo de cambio mostró presiones importantes que lo llevaron a tocar niveles superiores a los 20 pesos por dólar, lo que comenzó a incidir en la evolución de los precios al consumidor, indicador que es fundamental en el comportamiento del poder adquisitivo.
Apuntó que el fuerte ajuste de los precios de la gasolina a principios de 2017 y el constante debilitamiento del tipo de cambio que llegó a niveles cercanos a los 22 pesos por dólar, ya han comenzado impactar la evolución de los precios al consumidor, que en marzo reportaron una tasa anual de 5.35 por ciento, la más alta desde julio del 2009.
Aunque el tipo de cambio se ha revaluado notoriamente en los últimos meses, los precios siguen en ascenso, de tal manera que las expectativas para el cierre de 2017 anticipan una inflación cercana a 6.0 por ciento, lo que deberá tener una incidencia negativa en la medición de la pobreza.
El CEESP afirmó que el debilitamiento del tipo de cambio ha sido parte importante del origen del repunte reciente de los precios en la economía.
Estimó que la mejor manera de enfrentar este problema es evitar que la deuda siga al alza como proporción del Producto Interno Bruto (PIB), lo que implica seguir haciendo esfuerzos en materia de reducción del gasto y del fortalecimiento de las fuentes de ingresos recurrentes.
Mencionó que el tipo de cambio ha respondido a presiones del exterior, en especial las que se dieron durante el proceso electoral de Estados Unidos, cuando la paridad del peso pasó de cerca de los 19 pesos por dólar a los casi 22 pesos.
No obstante, el deterioro del tipo de cambio de los 14 pesos que rondaba a principios de 2015 a los 19 pesos a principios de 2016, tuvo su origen principal en el aumento de la deuda pública, anotó.