El nuevo billete, que lleva la cara de Benjamin Franklin -uno de los fundadores de Estados Unidos- tiene nuevas características de seguridad, entre ellas una franja de seguridad azul en 3D con imágenes de campanas y el número 100, así como el dibujo en tinta de una campana que varía de color dependiendo el ángulo de visión.
El lanzamiento del billete se realiza dos años y medio después de lo previsto. Tras una primera presentación en abril de 2010 hubo luego problemas con la impresión. Uno de cada tres billetes estaba defectuoso, lo que provocó la postergación de su lanzamiento en febrero de 2011.
En agosto de este año los medios estadounidenses reportaron que unos 30 millones de billetes impresos eran de mala calidad.