En una declaración de tres páginas, Singh dijo poseer una riqueza personal de 51 millones de rupias, un monto que incluye una casa en la ciudad de Chandigarh (norte), un apartamento en Nueva Delhi y una decena de cuentas por valor de 530.000 euros en distintos bancos.
Su declaración recoge un par de aspectos curiosos, como su coche, que es un utilitario Maruti 800 de 1996 valorado en apenas 385 euros, o el efectivo que dice tener, sólo 15.000 rupias (unos 230 euros).
Junto a él han hecho público el valor de su patrimonio todos los miembros del gabinete, en un arco que va desde el millonario Kamal Nath hasta los apenas 3.000 euros que dice poseer el ministro de Defensa, A. K. Antony, quien tiene sus propiedades a nombre de su esposa.
La publicación del patrimonio de los ministros indios ocurre después de que el pasado 25 de agosto Manmohan Singh se dijese "dolido" por las declaraciones de un diputado opositor que le atribuyó la corrupción en la India, tradicional mal del país.
"Querría afirmar -dijo Singh en el Parlamento- que tengo 41 años de experiencia en el sector público. En esos 41 años de vida pública he intentado servir al país lo mejor que he podido".
"Lo único que puedo decir es que si alguien me atribuye cualquier actividad maliciosa, les invito a estudiar mis bienes acumulados en los últimos 41 años, míos o de mi familia", añadió.
La India acaba de vivir la campaña de agitación contra la corrupción más importante desde su independencia (1947), dirigida por un grupo de activistas liderados por el gandhiano Anna Hazare, y a raíz de varios escándalos que han sacudido al Gobierno indio.
Singh había disfrutado hasta hace apenas un año de una buena reputación como funcionario público, y aunque no se ha demostrado que esté implicado en ningún caso de corrupción, sus críticos afirman que se ha mostrado pasivo en la lucha contra esta lacra.