Así lo informó hoy el Instituto Nacional de Estadística (INE), cuyas cifras reflejan un empeoramiento de tres décimas frente a la caída del PIB anual registrada en el primer trimestre del año (-0.6 por ciento).
La disminución de la inversión y del gasto realizado por las familias, especialmente en bienes duraderos, es la razón principal que explica el descenso del PIB en tasa anual, según apuntó el INE, que también valoró el incremento experimentado por las exportaciones lusas y el descenso de las importaciones.
Por contra, en términos trimestrales, el PIB luso registrado en el período abril-junio se mantuvo inalterado respecto al de enero-marzo, lo que supone un dato positivo para el país después de tres trimestres consecutivos a la baja.
La crisis económica que atraviesa Portugal, considerada la más fuerte de toda su historia, ha llevado a su gobierno -primero socialista y desde junio de signo conservador- a aprobar sucesivos planes de recortes dirigidos a reducir el déficit público.
Las dudas de los mercados sobre la situación del país encareció su financiación a través de emisiones de deuda pública, lo que derivó finalmente en la petición de rescate financiero a Bruselas y el Fondo Monetario Internacional, con los que acordó un préstamo de 78,000 millones de euros.
A cambio, las instituciones internacionales exigieron la puesta en marcha de un profundo y severo programa de reformas que ya se está aplicando y que recoge aumentos de impuestos, privatizaciones, racionalización de servicios y el adelgazamiento del Estado, entre otras medidas.
Parte de estos ajustes han afectado directamente al presupuesto familiar, lo que, según los analistas, explica la disminución de los niveles de consumo.
Las previsiones del gobierno portugués estiman una recesión para este ejercicio 2011 del 2.3 por ciento del PIB.