Las cuentas de la Unión Europea para el próximo año incluyen unos pagos de 132,800 millones de euros y unos compromisos -importe máximo de pagos futuros a los que se puede comprometer la UE- de 150,900 millones de euros.
El presupuesto equivale al 0.99 por ciento de la riqueza nacional bruta de la UE en la partida de pagos y del 1.13 por ciento en la de compromisos.
Eso supone menos que en el presupuesto de 2012, en el que se dedicaron un 1.05 por ciento y un 1.15 por ciento respectivamente a los pagos y compromisos.
El voto de hoy en la Eurocámara refrendó el acuerdo alcanzado entre sus negociadores y los de los Estados miembros, a pesar de que los eurodiputados han insistido en que los presupuestos deberían ser más ambiciosos.
Las discusiones estuvieron cerca de descarrilar por las profundas diferencias que separaban a las dos partes, con los Gobiernos insistiendo en la austeridad y un Parlamento que quería como fuese garantizar la financiación para programas en apuros como el Erasmus.
Los eurodiputados terminaron aceptando un compromiso para evitar terminar el año sin cuentas, a cambio de garantizar el pago de las facturas pendientes con nuevos fondos y no reducir así aún más el nuevo presupuesto.
La Comisión Europea había pedido inicialmente añadir 9,000 millones de euros al presupuesto de 2012 para hacer frente a los pagos pendientes, mientras que el acuerdo final consiste en pagar 6,000 millones de euros del presupuesto de 2012 y dejar el resto para más adelante.
El acuerdo sobre los gastos pendientes de 2012 permiten además movilizar formalmente la ayuda del Fondo Europeo de Globalización para trabajadores en paro en siete países: España, Finlandia, Dinamarca, Italia, Suecia, Austria y Rumanía, fondos que estaban bloqueados por la falta de recursos.
"El compromiso era necesario. Hemos logrado evitar una crisis presupuestaria que se sume a la económica", señaló en un comunicado el vicepresidente del grupo de los Socialistas y Demócratas en el PE, Göran Färm.