La incertidumbre envuelve al panorama económico de México para este año tras revelarse el martes su crecimiento de 3 % en 2022, un dato que el Gobierno mexicano espera repetir, mientras existe una falta de consenso entre analistas y organismos, que proyectan crecimientos de entre 0,3 % y 1,8 %.
De acuerdo con la más reciente encuesta del Citibanamex a analistas privados del sector financiero, el pronóstico más bajo para 2023 es del 0,3 % estimado por Oxford Economics, Bank of America y BNP Paribas.
Por el contrario, la previsión más alta para el año en curso es del grupo financiero Multiva con el 1,8 %, seguido del consenso en 1,7 % de la plataforma financiera GBM, de la casa de bolsa Masari y del Banco Base.
En cambio, el Gobierno mexicano mantiene la expectativa de repetir la expansión de 3 % que obtuvo en 2022, con una escala que va del 1,8 % al 3 %.
El optimismo del presidente Andrés Manuel López Obrador ha llegado a estimar que esto se repetirá por los dos años consecuentes, cuando termina su gestión.
Sin embargo, organismos internacionales también han puesto en duda los pronósticos tan altos del Gobierno mexicano, como el Fondo Monetario internacional (FMI), que este lunes actualizó su previsión hasta 1,7 % para el PIB mexicano.
En tanto, otros organismos como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) prevén un avance de 1,6 % en su más reciente proyección, con un panorama menos alentador en el caso del Banco Mundial, que anticipó un alza de 0,9 %.
NEARSHORING, UNA OPORTUNIDAD PARA CRECER
Los analistas consultados comentaron que el fenómeno del "nearshoring" presenta para México una oportunidad que, de capitalizarse, lo llevará a superar todo pronóstico de crecimiento, aunque no es el único factor.
Eduardo Osuna, director general de BBVA México, consideró que la relocalización de cadenas de valor será un “componente importante del crecimiento futuro”, aunque descartó que vaya a ser el “salvavidas de México”.
Osuna señaló que el mayor impacto positivo para la economía mexicana vendrá de una mayor inversión privada nacional, sobre todo en infraestructura.
"Cuando vemos la demanda agregada del país, tiene mayor impacto en términos de crecimiento futuro y capacidad de crecimiento potencial”, detalló.
Por su parte, Carlos Serrano, economista en jefe del BBVA, explicó que otro factor de desaceleración estará vinculado a la posible recesión de Estados Unidos, aunque reconoció que revisarán al alza su pronóstico próximamente ante un panorama más alentador en ese país, a donde van más del 80 % de las exportaciones mexicanas.
“En la medida en la que Estados Unidos pueda desacelerarse menos de lo anticipado, México crecerá más de lo anticipado”, acotó.
LA DESACELERACIÓN YA LLEGÓ
La directora de Análisis Económico y Financiero del Banco Base, Gabriela Siller, indicó que las cifras del comportamiento económico de México indican ya una desaceleración que se extenderá hacia 2023, por lo que su escenario central se mantiene en 1,7 %, en línea con el FMI.
La también académica del Tec de Monterrey añadió que será en el primer trimestre de 2023 cuando se vea una recuperación por completo de la economía mexicana frente a la contracción de 8,2 % en 2020 por la pandemia de la covid-19, pues aseguró que el avance del 2022 todavía es “un efecto rebote”.
Asimismo, Enrique Covarrubias, economista en jefe de Actinver compartió que si bien los pronósticos de crecimiento para 2023 “están muy variados”, la economía tendrá dos “determinantes”.
La primera es la recesión en Estados Unidos, que se espera sea menos agresiva de lo esperado, “dada su alta integración comercial”, y la otra es una fase “muy inesperada, pero al mismo tiempo muy favorable”, que es el “fenómeno del nearshoring”.
En este tenor, concluyó que las inversiones dependerán de si los jugadores creen que "sí hay un efecto en el que la economía mexicana le está ganando a la desaceleración de Estados Unidos”.