Los técnicos de la Comisión Europea (CE) y del FMI realizaron una visita a Bucarest entre los días 17 y 31 de julio, tras la que pactaron un nuevo plan económico para el gobierno de Bucarest, cuya cantidad total debería repartirse a partes iguales entre la institución financiera internacional y la UE.
La dirección y el consejo ejecutivo del FMI, así como el Comité Económico y Financiero de la UE todavía deben dar el visto bueno al nuevo programa de asistencia a Rumanía.
El objetivo del Ejecutivo rumano es mantener unas finanzas públicas saneadas, continuar las políticas que incrementan su resistencia frente a las sacudidas externas y llevar a cabo reformas estructurales para impulsar el crecimiento.
"Un nuevo programa económico se construiría sobre los logros de planes anteriores, que redujeron los grandes desequilibrios externos y fiscales y avanzaron en las reformas estructurales", subrayaron tanto el FMI como el Ejecutivo comunitario.
El programa se centraría en una consolidación fiscal graduada, con vistas a alcanzar un objetivo de déficit del 2.3 por ciento del PIB para 2013 e inferior al 1 por ciento para 2015.
Por otra parte, Rumanía llevaría a cabo reformas institucionales para apuntalar la política fiscal, al tiempo que avanzaría la agenda de reforma de la Sanidad, con el objetivo de mejorar su eficiencia y garantizar su viabilidad financiera.
Por último, el país también llevaría a cabo reformas en empresas públicas, impulsaría la inversión y eficiencia en el sector energético y de los transportes y reforzaría las balanzas contables de sus bancos.