La mayoría de analistas espera que el banco mantenga su principal tasa de interés en el mínimo histórico del 0.25 por ciento y analice nuevas medidas para la próxima sesión mensual en marzo, cuando la entidad publicará nuevas previsiones de crecimiento e inflación.
Sin embargo, nadie se atreve a descartar de plano nuevos pasos ya este jueves. La inflación en la eurozona volvió a caer en enero a un 0.7 por ciento, la coyuntura se recupera con demasiada lentitud y el desempleo se mantuvo en diciembre anclado en el 12 por ciento.
"Seguimos convencidos de que la inflación seguirá a medio plazo muy por debajo del objetivo del BCE (por debajo pero cerca del dos por ciento). Por eso el banco podría volver a bajar las tasas", especuló Michael Schubert, economista del Commerzbank.
A la delicada situación en el bloque de los 18 países del euro se sumó ahora la preocupación por la influencia de las sacudidas que viven los emergentes, que podrían golpear las exportaciones de la eurozona y, sobre todo, disparar otra vez la incertidumbre.
Los últimos datos sobre la coyuntura en la zona euro no reflejaron la mejora del optimismo de consumidores y empresarios que venían mostrando diversos índices de clima económico. Una nueva rebaja de tipos reforzaría la confianza de los inversionistas en el bloque.
El BCE podría discutir también nuevos pasos para aumentar la liquidez en el sistema bancario, como colocar en niveles negativos la tasa de depósito bancario, obligando a los bancos a pagar por el exceso de liquidez que depositan en el BCE.
Algunos medios especularon con otras medidas no convencionales. "Estará todo sobre la mesa", señaló Rainer Guntermann, economista del Commerzbank. "El resultado final podría ser una combinación de medidas".
Lo que está claro es que la sesión del jueves en Fráncfort será una de las más imprevisibles de los últimos meses. "Lo ocurrido las últimas semanas ofrece motivos tanto a favor como en contra de nuevas políticas monetarias", señaló Carsten Brzesk, del banco ING.
En cualquier caso, incluso aunque no haya novedades, los expertos esperan que el presidente del BCE, Mario Draghi, se presente con tono cauto en la tradicional conferencia de prensa que seguirá a la reunión del Consejo de Gobierno, reflejando así la fragilidad de la situación en la economía de la eurozona.