En su informe trimestral, la autoridad monetaria mantuvo el pronóstico de crecimiento adelantado en su documento de diciembre pasado basándose en razones internas, como el mantenimiento de las condiciones favorables del mercado laboral y la mejora de la confianza de consumidores y empresarios.
En el ámbito internacional, el organismo prevé una recuperación de la economía estadounidense, la "estabilización de las condiciones financieras de la zona euro" y un "relativo acomodamiento" en las economías asiáticas, que también podrán contribuir a la mejora de los datos de las cuentas nacionales brasileñas.
El pronóstico del Banco Central es inferior a la previsión del Gobierno brasileño, que vaticinó un incremento del 4.5 por ciento del PIB del país en 2012.
El ministro de Hacienda, Guido Mantega, pronosticó el dato de crecimiento económico con base en el impulso que supondrá la inversión y basándose en la continuidad de la política monetaria y fiscal.
En 2011, la economía brasileña registró un crecimiento del 2.7 por ciento, debido a las medidas restrictivas adoptadas por el gobierno a comienzos del año pasado y a los efectos de la crisis global.
En cuanto a la inflación, el Banco Central prevé un alza del 4.4 por ciento para 2012, una décima porcentual menos que la meta de incremento de los precios del Ejecutivo, que situó en el 4.5 por ciento para este año.