La encuesta global Good, Better, Best realizada a 1,150 ejecutivos fiscales en 22 países, muestra que ellos enfocan la mitad de su tiempo en asegurar el cumplimiento fiscal, la emisión de informes financieros y en la atención de auditorías. Por ello, sólo asumen una tercera parte de su tiempo a otras actividades de mayor valor, por ejemplo:
· Optimización de una tasa fiscal efectiva
· Planeación del impuesto pagado en efectivo
· Mejora e integración del proceso fiscal con otros grupos de negocio
En México, 94 por ciento de los entrevistados (87 por ciento en 2009) señala que las áreas fiscales se enfocan a alinear sus objetivos a las tácticas internacionales de la organización. “La incertidumbre respecto a la política fiscal de un nuevo gobierno disminuye, por el momento, la implementación de cualquier estrategia relevante en el grupo, buscan una mayor eficiencia fiscal”, de acuerdo con David Ricárdez, Socio de Impuestos Corporativos de KPMG en México.
El estudio de KPMG señala que las 90 por ciento de las compañías mexicanas están invirtiendo en sistemas que les permitan obtener mayor eficiencia y confiabilidad de sus cifras fiscales, internacionalmente, la cifra es de 61 por ciento.
Para 73 por ciento de los encuestados, el Consejo y/o la Dirección Corporativa participan directamente en dar orientación acerca de la estrategia del negocio a las áreas fiscales de un grupo, lo que se traduce en un incremento significativo en el indicador, respecto a las cifras señaladas en esta misma encuesta efectuada en 2009 (51 por ciento).
Dos terceras partes de los encuestados indicaron que en la actualidad, se encuentran en controversia con las autoridades fiscales; la mitad informa que las autoridades fiscales se están enfocando más en los procesos y controles fiscales y contables, la estrategia fiscal, la administración de riesgos y el uso de tecnología.
Atrás quedaron aquellos días en que los impuestos sólo eran parte de un gasto por administrar, a través de ellos, la reputación de una compañía está en juego. Incluso, a pesar de que los departamentos encargados invierten recursos en fortalecer los procesos fiscales y controles, existe el riesgo de que las áreas de Impuestos crezcan de manera desproporcional del resto del negocio.
“Con enfoques hacia una administración fiscal que requiere nuevos niveles de detalle y transparencia, las compañías deben revisar y evaluar en qué invierten su tiempo, esfuerzo y dinero. Dados los desafíos que se prevén, ¿es suficientemente bueno el status quo? Un buen Gobierno Corporativo incluye contar con una estructura fiscal adecuada con las herramientas correctas y gente que se apegue a la estrategia de negocios en general”, agregó.
La creciente carga de cumplimiento, aunada a un enfoque más detallado de revisión por parte de las autoridades fiscales, obliga a las áreas fiscales de una empresa a hacer más con menos, o sea, se vuelve necesaria la búsqueda de mejora de procesos y el uso de la tecnología para ayudar a administrar la carga de trabajo.
El estudio indica que 79 por ciento de los encuestados siente que cuenta con suficiente presupuesto operativo; 19 por ciento señala que está considerando cambiar la estructura de su departamento de Impuestos en el futuro próximo.
“Con el hecho de que los departamentos de Impuestos aún siguen dedicando mucho tiempo al cumplimiento, el desafío yace en la manera de liberar recursos financieros para que los equipos internos se enfoquen en una agenda más estratégica que soporte proactivamente los objetivos del negocio y se alineen a las tendencias emergentes”. Lo anterior implica una modificación a los modelos tradicionales en los cuales el uso de outsourcing, co-outsourcing y centros de servicios compartidos toma alta relevancia.