En su última reunión de política monetaria del año, la junta del Banco de Corea (BoK) aprobó hoy la subida del referencial, la sexta consecutiva y la novena desde agosto de 2021, cuando el planteamiento era tremendamente acomodaticio de cara a suavizar los estragos de la pandemia.
En total, el BoK suma una subida combinada de dos puntos y tres cuartos porcentuales en los últimos 16 meses, incluyendo dos subidas de medio punto en octubre y julio de este año hasta superar el referencial, por primera vez en la última década, la barrera del 3 %.
Este último incremento, de solo un 0.25 %, busca domar una inflación que en octubre fue del 5.7 %, un 0.1 % más que en el mes anterior, pero a su vez suavizar los efectos del endurecimiento monetario sobre la actividad económica, que empieza a arrojar señales negativas.
Las exportaciones, motor de la economía surcoreana, mostraron un retroceso -el primero en dos años- del 5.7 % interanual, y la OCDE ya rebajó recientemente su perspectiva de crecimiento para 2023 para la cuarta economía de Asia, del 2.2 al 1.8 %.
A su vez, el propio BoK redujo hoy su previsión para este año, situado el avance estimado del producto interior bruto (PIB) en el 1.7 %, cuatro décimas menos con respecto a su pronóstico de septiembre.
La entidad emisora también revisó a la baja su estimación para la inflación acumulada en todo 2023, pero solo en una décima hasta dejarla en el 3.6 %, muy por debajo de su meta del 2 %.