Durante su participación en la 77 Convención Bancaria en este puerto de Guerrero, indicó que el reto fundamental es que esas alteraciones no contaminen otros precios de la economía.
“La evidencia que tenemos hasta el día de hoy es que esto último no ha sucedido y de ahí que no hayamos tenido que modificar la postura de política monetaria”, afirmó el funcionario del Banxico.
En este sentido, Carstens indicó que la previsión del instituto central es que la inflación permanezca por debajo o cerca del 4.0 por ciento anual por lo que resta de este año y que inicie una rápida convergencia al 3.0 por ciento a partir de 2015.
“Como repetidamente hemos señalado en nuestros anuncios de política monetaria, la Junta de Gobierno se mantendrá vigilante para detectar cualquier desviación respecto de esta hoja de ruta, y no dudará en actuar en consecuencia para corregirla”, destacó.
Asimismo, señaló que en la medida que exista estabilidad financiera, la cual se consolide sobre bases cada vez más firmes, la política monetaria funciona mejor y en armonía con la actividad económica.
En opinión de Carstens, las iniciativas integradas en la reforma financiera combinan los elementos para otorgar mayor solidez al sector, con incentivos adecuados en materia de competencia, a fin de impulsar un mayor crecimiento y penetración de la intermediación financiera.
“La reforma financiera adquiere una dimensión decisiva para el futuro crecimiento económico del país, cuando se enmarca como un engranaje más de toda la transformación estructural que hemos emprendido en los últimos meses”.
Para el titular del Banxico, el proceso reformador emprendido en México busca cambiar la estructura de la economía y aumentar la productividad total de los factores de la producción en el país.
De hecho, apuntó, de lograrse bien esta transformación, significará elevar en varios puntos porcentuales el Producto Interno Bruto (PIB) potencial de México y hacerlo en un plazo que sería históricamente corto.
“México obtendrá, si sabemos consolidar e implementar este ambicioso proceso de cambio estructural, grandes beneficios, entre otros el de que el PIB pueda crecer de manera sostenible a tasas de 5.0 por ciento o superiores, con una inflación baja y estable”, añadió.