El portavoz del Ministerio de Comercio, Shen Danyang, aseguró hoy en rueda de prensa que las perspectivas para el resto del año son "complicadas y desalentadoras", después de que los datos de mayo mostraran una fuerte desaceleración de los intercambios comerciales internacionales.
China, primer exportador mundial, registró en mayo un aumento de tan sólo el 1 por ciento de sus ventas al exterior, mientras que las importaciones disminuyeron un 0.3 por ciento con respecto al mismo mes del año anterior.
Hasta mayo el comercio exterior chino había crecido en tasas de dos dígitos, unas cifras que sembraron dudas ya que algunos de los principales competidores del país asiático, como Corea del Sur o Taiwán, registraron cifras mucho más débiles a inicios de año.
Varios analistas sugirieron que las compañías habrían inflado sus facturas para mover dinero desde y hacia la China continental mediante los canales comerciales, unas operaciones que el Ejecutivo se comprometió a revisar y a controlar en mayor medida.
"La revaluación del yuan y la debilidad de la demanda externa han afectado negativamente a las exportaciones", dijo hoy Shen citando los resultados de una encuesta realizada a casi un millar de compañías que suponen un 8 por ciento del volumen de exportación total del país.
Concretamente, un 73.4 por ciento de los empresarios culpó a la rápida apreciación de la moneda china de la bajada de las exportaciones, mientras que un 72.6 por ciento justificó la caída por la baja demanda global.
Además, indicó, "un 83.7 por ciento de ellos aseguró que está reduciendo beneficios y estrechando sus márgenes", algo que interpretó como "un impacto negativo para los próximos meses".
El comercio exterior de China creció un 6.2 por ciento en 2012, un año en el que la segunda economía mundial aumentó a una tasa del 7.8 por ciento, la más baja de los últimos trece años.
A cierre de 2012, las exportaciones se incrementaron un 7.9 por ciento, lejos del 20.3 por ciento registrado en 2011 y del espectacular 31.3 por ciento de 2010. EFE