También alargó hasta el 19 de mayo la suspensión de los cruceros con salida desde puertos de Australia y aplazó hasta el 29 de mayo la salida de uno de sus barcos, el Mardi Gras, desde Puerto Cañaveral (Florida).
Carnival, con sede en el condado de Miami-Dade (Florida) y 28 barcos en funcionamiento antes de la pandemia, sigue así los pasos de otras grandes compañías del sector de los cruceros, como Norwegian, que el 18 de enero anunció también un aplazamiento de sus salidas hasta el 30 de abril.
La reanudación de las operaciones de las compañías de cruceros está supeditada a la evolución de la pandemia de la covid-19, que tiene al sector casi completamente paralizado desde hace meses y en una difícil situación económica.
Antes de los aplazamientos hasta el 30 de abril la fecha fijada para terminar con la suspensión de la navegación en EE.UU. era el 31 de marzo.
A los pasajeros de los cruceros de Carnival cancelados se les ofrece el reembolso completo del pago o un "generoso" crédito para futuros viajes, dice un comunicado del grupo.
"Los pasajeros y los agentes de viajes asociados a nosotros siguen manifestando su lealtad a Carnival y su deseo de volver a nuestros barcos tan pronto como puedan. Estamos alentados por la demanda de reservas y la actividad que seguimos viendo", dijo Christine Duffy, presidenta de Carnival Cruise Line.
Duffy dijo que están deseando que la actividad vuelva a los barcos pero "desafortunadamente" va a tomar un tiempo mas.
Los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de EE.UU. establecieron en octubre pasado que para poder reanudar sus viajes desde puertos de este país las compañías deben cumplir con los requisitos de la Orden de Navegación Condicional.
Esa orden hace necesario que las compañías "tomen las medidas adecuadas de salud y seguridad para los tripulantes, mientras aumentan la capacidad de sus laboratorios para testear a futuros pasajeros".
Los CDC aludieron a la "evidencia" de que los viajes en cruceros "facilitan y amplifican la transmisión de la covid-19, incluso cuando los barcos navegan con una capacidad de pasajeros reducida", y, por ende, el riesgo de transmisión de la enfermedad en las comunidades de los puertos en los que atracan los buques.
Según la Asociación Internacional de Líneas de Cruceros (CLIA, en inglés), la paralización del sector en 2020 supuso la pérdida de 77,000 millones de dólares en actividad económica a nivel global, de 518,000 empleos y de 23,000 millones de dólares en salarios.