En el sexto anuncio de política monetaria del año, el banco central señaló que esta decisión obedece a que la naturaleza de los choques que han afectado recientemente a la inflación es de carácter transitorio y la tendencia esperada de la inflación subyacente continúa siendo descendente.
La decisión del Banxico contrasta con la que tomó el pasado 26 de septiembre la Fed de Estados Unidos de aumentar en 0.25 puntos la tasa de interés, a un rango de 2.0 a 2.5 por ciento, su tercera alza consecutiva.
De diciembre de 2015 al 21 de junio de este año, el instituto central ha incrementado en 4.75 puntos porcentuales la tasa de referencia, de un nivel mínimo de 3.0 por ciento a su nivel actual de 7.75 por ciento, pero en las dos recientes reuniones de política monetaria, su Junta de Gobierno decidió dejarla sin cambios.
En su anuncio, el Banxico expuso que desde junio se han observado incrementos mayores a los previstos en los precios de los energéticos, principalmente de la gasolina y del gas L.P, aunque estos choques son de naturaleza temporal.
No obstante, han afectado el ritmo de disminución de la inflación subyacente por los efectos indirectos que han tenido sobre los costos de producción y han retrasado la convergencia de la inflación general a su meta.
Si bien dichos incrementos de precios tienen su origen en alzas en sus referencias internacionales, el ajuste gradual en la determinación de los precios internos de las gasolinas ha propiciado mayor persistencia en sus aumentos, lo que ha contribuido a que la inflación no subyacente se mantenga en niveles elevados por un periodo prolongado, argumentó.
Apuntó que las expectativas de inflación general para el cierre de 2018 se ajustaron de 4.25 a 4.50 por ciento de julio a septiembre, mientras que las correspondientes al cierre de 2019 aumentaron de 3.60 a 3.70 por ciento, y para el mediano y largo plazos permanecieron alrededor de 3.50 por ciento.
Señalo que entre los principales riesgos al alza para la inflación destaca que la cotización de la moneda nacional se vea presionada, tanto por mayores tasas de interés externas como por otros factores externos e internos.
Además, persisten riesgos como mayores presiones en los precios de los energéticos, como lo muestran las cotizaciones a futuro para algunos de estos; que se presente un escalamiento de medidas proteccionistas a nivel global que afecten a la inflación; y un gasto público mayor al anticipado.
También se podrían generar presiones en la economía en la medida en que las negociaciones salariales no sean congruentes con las ganancias en productividad, refirió el banco central.
En cuanto a los riesgos a la baja, mencionó que la ratificación del acuerdo comercial con Estados Unidos y Canadá podría tener consecuencias favorables sobre los mercados y la cotización del peso. “Tomando en cuenta todo lo anterior, se considera que el balance de riesgos respecto a la trayectoria esperada para la inflación mantiene un sesgo al alza, en un entorno de incertidumbre”, precisó.
En tanto, apuntó, la información disponible sugiere que a principios del tercer trimestre de 2018 la actividad económica en México se expandió, luego de la contracción registrada en el segundo trimestre. Se estima que las condiciones de holgura en la economía se mantuvieron en niveles similares a las observadas el trimestre anterior.
Así, la Junta de Gobierno del Banxico decidió por mayoría mantener el objetivo para la Tasa de Interés Interbancaria a un día en un nivel de 7.75 por ciento, mientras que un miembro votó por incrementar dicho objetivo en 25 puntos base.
De acuerdo con el anuncio, la Junta de Gobierno se mantendrá vigilante del traspaso que se pudiese observar de los choques que han afectado a la inflación no subyacente, así como de otros elementos que pudieran afectar el comportamiento de la subyacente, la cual aún se ubica por encima de 3.0 por ciento.
Ello, con el objeto de tomar las acciones que se consideren necesarias, en particular, el mantenimiento o un posible reforzamiento de la postura monetaria actual, a fin de que la inflación general converja a la meta del Banco de México en el horizonte en el que opera la política monetaria.