En su anuncio de política monetaria, el instituto central considera que el escenario central de la inflación para el corto y mediano plazos continúa siendo congruente con la meta permanente de 3.0 por ciento.
No obstante, precisa, hacia adelante, la Junta de Gobierno seguirá muy de cerca la evolución de todos los determinantes de la inflación y sus expectativas de mediano y largo plazos, en especial del tipo de cambio y su posible traspaso a los precios al consumidor.
En este contexto, se mantendrá vigilante de la posición monetaria relativa entre México y Estados Unidos, sin descuidar la evolución de la brecha del producto.
Esto con el fin de estar en posibilidad de continuar tomando las medidas necesarias para consolidar la convergencia eficiente de la inflación al objetivo de 3.0 por ciento, con toda flexibilidad y en el momento y magnitud en que las condiciones lo requieran, subraya el banco central.
De diciembre de 2015 a la fecha, la Junta de Gobierno del Banxico ha aumentado la tasa de referencia en 1.25 puntos base, luego de tres decisiones de incremento: uno en 25 puntos base, y dos de 50 puntos base, cada uno.
El 17 de diciembre de 2015, por primera vez desde 2008, el Banxico subió la tasa de referencia a 3.25 por ciento, desde el nivel mínimo histórico de 3.0 por ciento, en línea con la decisión que tomó en el mismo sentido la Reserva Federal (Fed) estadounidense.
En febrero de este año elevó nuevamente su tasa objetivo, de 3.25 a 3.75 por ciento, como parte del paquete de medidas anunciadas conjuntamente con la Secretaría de Hacienda ante un deterioro del entorno externo, el cual incluyó además un ajuste al gasto y la suspensión de las subastas de dólares vigentes hasta ese momento.
El más reciente incremento fue el 30 de junio pasado, de 3.75 a 4.25 por ciento, ante el efecto adverso que pudiera tener las condiciones externas adversas sobre la inflación futura, desligándose así de las decisiones de la Fed.