"América Latina supone alrededor de un 7 por ciento de la economía mundial y está aportando este año, con una tasa de crecimiento del 3 por ciento, alrededor del 10 por ciento del PIB mundial. Estamos haciendo más de lo que nos corresponde", declaró en una entrevista con Efe en Bogotá durante el encuentro de desarrollo Innovation Day.
La región ha pasado de representar el 6.4 por ciento del producto interno bruto (PIB) mundial en 1990 a suponer el 10 por ciento en dos décadas de paulatino crecimiento, en el que las economías de los países latinoamericanos se han expandido por encima del 3 por ciento.
"El continente latinoamericano está saliendo muy bien de la crisis internacional. En el 2012 creció una suma del 3 por ciento y probablemente este año estará en tasas de crecimiento superiores al 3.5 por ciento, con una dispersión entre países", añadió.
Aunque esta cifra todavía está lejos de alcanzar el 4.3 por ciento de 2011, muestra que la crisis internacional tuvo un impacto negativo pero no dramático en el continente, gracias, según Ruiz, a "un sistema financiero muy sólido" capaz de contribuir en "el crecimiento y las capacidades de inversión de familias y empresas".
Con estas previsiones, el BID se suma a los pronósticos que el Fondo Monetario Internacional (FMI) publicó la semana pasada, en los que resaltó una rebaja de tres décimas en las previsiones iniciales para 2013 a causa de un notable descenso de la principal economía del continente, Brasil, que se espera se expanda un 3.5 por ciento.
De la mano de sectores estratégicos como la producción y explotación de materias primas, el desarrollo de servicios y exportaciones, Ruiz recalcó que el reto ahora es "mantener ese proceso en los próximos cinco años" y "crecer de manera sostenible e inclusiva".
En este sentido, especificó que el continente todavía debe resolver puntos clave como son la reducción de la pobreza y la desigualdad para "convertirse en un continente de clases medias", así como fomentar los trabajadores de la economía formal mediante un proceso que calificó de "reformas de segunda generación".
Y apuntó que estas reformas deberían perseguir la reducción de la brecha social con "redes de protección social e inversión en educación e infraestructuras".
Asimismo, insistió en la necesidad de potenciar un "sistema fiscal que permita ser más transparente y ponga menos trabas al desarrollo de la actividad de las empresas formales", en alusión a la burocracia impositiva.
Ante la crisis económica mundial, Ruiz expresó la importancia de aprender de los errores, como "el sobrendeudamiento, la no regulación del sistema financiero o la crisis inmobiliaria", fallos que "América Latina hizo hace treinta años y que Europa está haciendo ahora".
Como estrategia, apostó porque el continente combine "políticas macroprudenciales, aceptadas dentro del corpus teórico y el consenso global", pero al mismo tiempo vuelva a "una política fiscal que recupere espacios y una política monetaria que permita un mayor impulso".
En este marco resaltó la importancia que, en la actualidad, pueden jugar las economías emergentes que, con "prácticamente el 50 por ciento del PIB mundial", es "obvio que están tirando del resto de países industrializados" y "pueden ayudar a Europa a salir de la crisis" como "fuente de generación de recursos" para las empresas.
Según previsiones del FMI para 2014, la economía latinoamericana se prevé que continúe su aceleración, con un crecimiento estimado de 3.9 por ciento.