Países Bajos, Francia y Alemania aglutinan la mayoría de los recursos y representan sólo el 23 % de la superficie total de la UE, mientras que el otro 30 % de estos puntos de carga se reparten por el 77 % restante de la región, lo que muestra los "desequilibrios" en este tipo de tecnologías dentro de la UE, incide la organización en un comunicado.
Países Bajos se coloca a la cabeza como el país que más estaciones dispone en su territorio, con 66,665, muy por encima de otros países como Rumanía que cuenta con 493 puntos de recarga, el 0.2 % del total del club comunitario, pese a ser seis veces más grande que el país neerlandés.
“Este doble despliegue de infraestructuras se desarrolla a lo largo de las líneas divisorias entre los Estados miembros más ricos de la UE en Europa Occidental y los países con un PIB más bajo en Europa Oriental, Central y Meridional”, alerta la asociación que señala que los países con una extensión "considerable" se ven lastrados por su PIB inferior.
Es el caso de España, que solo reúne el 3.3 % del total de las estaciones europeas, o Polonia, con el 0.8 %, a pesar de la amplitud de sus territorios.
Por detrás de Países Bajos, Francia (20.4 %), Alemania (19.9 %), Italia (5.8 %) y Suecia (4.6 %) son los países que más estaciones poseen.
A la cola se encuentran Malta y Chipre, con 0 estaciones, Lituania (0.1 %), Letonia (0.1 %) y Grecia (0.1 %).
Ante este panorama, ACAE pidió a la Comisión Europea que revise la directiva europea sobre infraestructuras para los combustibles alternativos en dos semanas, que establezca “objetivos vinculantes” para cada Estado miembro tanto de puntos de recarga para coches eléctricos como para estaciones de hidrógeno para coches de pila de combustible.
“Ha llegado el momento de que los gobiernos de toda Europa aceleren la carrera hacia una movilidad más ecológica", apuntó el director general de ACEA, Eric-Mark Huitema, en nota de prensa.