Tal y como ha sucedido a lo largo del trayecto recorrido por la jugadora de Florida, la final olímpica subrayó la determinación y autoridad de su campeona, que ha ganado un partido tras otro con una apabullante superioridad. Ninguno sobrepasó en exceso la hora de tiempo. Ninguna de sus rivales le ganó un set.
Maria Sharapova fue otra víctima de la estadounidense. Otra ex número uno avasallada por la fortaleza de Serena, que previamente, en el camino hacia el oro, batió a otras ex dominadoras del circuito femenino como la danesa Caroline Wozniacki (6-0 y 6-3) en cuartos de final, la serbia Jelena Jankovic (6-3 y 6-1) en primera ronda, o la actual, la bielorrusa Victoria Azarenka (6-1 y 6-2).
También dejó en su camino a la rusa Vera Zvonareva (6-1 y 6-0) y a la polaca Urzsula Radwanska (6-2 y 6-3).
Serena Williams, que infligió una dolorosa derrota a su rival, se convierte en la segunda mujer en la historia del tenis en unir los cuatro 'major' con el oro olímpico, junto a la alemana Steffi Graf, la única aún en obtenerlo todo en un mismo año (1988).
Nunca la tenista siberiana había encajado un revés similar ante su adversaria, con la que había perdido en ocho de los diez enfrentamientos, algunos de ellos de forma contundente.