Pero, además, el responsable de la ronda gala cree que el Grand Depart en Bilbao puede servir para relanzar el ciclismo de un país que no gana una etapa en el Tour desde la que logró Peio Bilbao en 2018 y para que aparezcan nuevas estrellas en el panorama español.
"España es una de las grandes naciones del ciclismo y necesitamos que esos países brillen en el Tour. Está bien que aparezcan campeones de nuevos horizontes, pero hay que tener un equilibrio con los países tradicionales. Y si España es una de esas grandes naciones, el País Vasco es su locomotora", afirmó Prudhomme.
El actual patrón del Tour, que durante años fue la voz de la televisión francesa en la carrera, recuerda que su primera experiencia con el micrófono en las carreteras de la ronda gala coincidió con la victoria de Roberto Laiseka en Luz Ardiden en 2001 y cómo le marcó la "marea naranja" de los aficionados del Euskaltel en los Pirineos.
Prudhomme rindió homenaje a Miguel Madariaga, gran patrón del equipo vasco, pero también "la gran tradición, tanto de practicantes, como de carreras organizadas, de campeones que han dado al pelotón".
Desde que el Tour se lanzó en 1992 "no ha habido un año en el que no se hayan vuelto a mostrar interesados en acogernos", afirma Prudhomme, que ha descubierto los correos que los diferentes responsables del Gobierno vasco iban mandando a los organizadores.
"ESTAMOS EN BUENAS MANOS"
"No es casualidad si estamos aquí. El Tour está en buenas manos. En Dinamarca estuvimos en el país de la bicicleta. Aquí estamos en un país del ciclismo. Aquí la gente conoce a los grandes campeones y son muy fieles. Estoy convencido de que será un gran éxito", señala.
Muchas de esas gargantas fervorosas animarán a los siete corredores vascos que tomarán la salida este sábado junto al estadio de San Mamés, "un número considerable para una sola región", apunta el patrón de la carrera.
La segunda vez que el Tour comenzará en España servirá también para celebrar el 50 aniversario del triunfo de Luis Ocaña y el próximo 9 de julio, cuando la carrera haga escala en el Puy de Dome, Federico Martín Bahamontes, el más veterano de los ganadores del Tour todavía vivo, festejará los 95 años, recuerda Prudhomme, que una semana antes felicitará a su madre por cumplir los mismos años que el Águila de Toledo.
Pero el patrón de la carrera no piensa que el Tour mire solo al pasado y se muestra convencido de que "este Grand Depart despertará nuevas vocaciones y dará a muchos jóvenes ganas de subirse a una bicicleta, lo que puede contribuir a que España encuentre nuevas promesas".
"ESPAÑA YA TIENE SU PROMESA"
Aunque Prudhomme tiene ya la vista puesta en una de ellas, que espera ver pronto rodar por las carreteras de su carrera.
"Se habla mucho de cuándo vendrá al Tour Remco Evenpoel. Pero yo también tengo ganas de ver a Juan Ayuso, que ha dicho que está muy interesado en venir en 2024. Es excepcional que alguien de 19 años fuera tercero de la Vuelta. España ya tiene su promesa, otros países la buscan", asegura.
Por ahora, Prudhomme sabe que la edición de 2023 apunta a un duelo directo entre el danés Jonas Vingegaard y el esloveno Tadej Pogacar, pero no parece que eso le inquiete.
"Al contrario, sabemos que la historia del deporte está hecha de grandes rivalidades, que sea la de Merckx contra Ocaña, la de Federer contra Nadal. Todo apunta a que será un duelo entre ambos. Pero nadie puede descartar que haya un tercer hombre, que un David Gudou se intercale. O que un Peio Bilbao, inspirado por el inicio en su tierra, donde la gente es muy orgullosa, no se motive para dar la sorpresa. El año pasado vivimos un cuento de hadas de los daneses tras haber comenzado en Dinamarca. Puede que los vascos lo repitan este año", señala.
Prudhomme señala que el duelo que se vio el año pasado "también es bueno para el Tour", aunque en esta ocasión cree que las cosas han cambiando y que el Jumbo de Vingegaard ya no es el equipo más fuerte, porque el UEA de Pogacar le ha superado sobre todo por la llegada de Adam Yates.