Odermatt rompió su Globo de Cristal al festejar su triunfo en la Copa del Mundo de gigante

El suizo Marco Odermatt, que esta temporada capturó por cuarta vez (seguida) la Copa del Mundo de esquí alpino y que este miércoles acabó segundo en Sun Valley el último gigante, disciplina cuya clasificación final también se había asegurado de forma matemática antes de viajar a Estados Unidos, rompió, sin querer, el Globo de Cristal que lo acredita como primero en la clasificación de esa modalidad; un trofeo que recibió tras la prueba, que ganó su compatriota Loic Meillard.

'Odi', de 27 años, asimismo campeón olímpico de la disciplina -en la que también ganó el oro mundial hace dos años- y que este curso repitió el pleno logrado el año pasado, al ganar las Copas del Mundo de todas las disciplinas que disputa (todas menos el eslalon), rompió la Bola de Cristal de gigante -que, al igual que la general, ganó por cuarto año consecutivo-, cuando, tras lanzarla para que girase sobre sí misma en el aire antes de volver a cogerlaa, ésta se golpeó con la medalla (de segundo clasificado en la prueba) que colgaba de su pecho.

El impacto causó que de la Copa del Mundo de gigante se desprendiese, en varios trozos, su base o peana, algo que el astro helvético se tomó con muy buen humor.

"La rompí (la Copa) con la medalla, así que, como dicen que da buena suerte, espero que sea un buen presagio y me la dé con miras al arranque de la próxima temporada", explicó Odermatt, tras el incidente, al canal de televisión austriaco ORF en la citada estación del estado de Idaho.

"Ahora les podré dar un trozo a cada uno de mis entrenadores de gigante (entre los que se encuentra el español José Luis Alejo, que había explicado a Efe que el suizo es un campeón "humilde, un 'disfrutón' y un gran compañero", en conversación telefónica antes de los pasados Mundiales)", añadió.

"Había dicho que todos se merecían la Copa del Mundo, así que ahora, por lo menos, tendrán un trozo de ella", comentó, entre risas, el gran dominador del deporte rey invernal.