En ambas instantáneas los novios posan sonrientes en un día soleado. Nadal viste un chaqué gris marengo, y la novia, un vestido blanco de manga larga con encaje francés e inspirado en el movimiento artístico Art Déco y diseñado por Rosa Clará.
La discreción fue la nota dominante de una boda a la que los invitados accedieron en coches, minibuses y autocares.