“(Hacerlo en 2031) nos permitirá aprovechar las lecciones aprendidas y el éxito de la Copa Mundial de 2026, apoyar mejor a nuestras ciudades anfitrionas, ampliar nuestras asociaciones y acuerdos con los medios de comunicación, y comprometernos aún más con nuestros aficionados para que podamos organizar un torneo récord”, explicaron en la nota de prensa en la que informaron de su cambio de planes.
Según las instituciones rectoras del balompié en ambos países, tomarse más tiempo para planear la Copa del Mundo les permitirá no solo aplicar los aprendizajes que obtengan en el Mundial masculino de 2026, que también acogerá Canadá, sino ganar tiempo para la inversión récord que realizarán.
“En un hecho sin precedente, la candidatura exige la misma inversión que el torneo masculino, eliminando las disparidades de inversión para maximizar plenamente el potencial comercial del torneo femenino”, añadieron los organismos en el comunicado.
Sin México y Estados Unidos, la FIFA decidirá en una votación que se realizará el 17 de mayo próximo en su congreso en Bangkok, Tailandia, entre dos candidaturas, Brasil y una en conjunto entre Bélgica, Alemania y los Países Bajos.
La edición de 2027 será la décima en la historia de la copa del mundo femenina, que antes organizaron en al menos una ocasión China, Suecia, Estados Unidos, Alemania, Canadá, Francia y el año pasado, Australia y Nueva Zelanda.
“Después de un cuidadoso análisis consideramos que retrasar nuestra candidatura a 2031 nos permitirá promover y preparar la Copa Mundial Femenina más exitosa de la historia. Estamos comprometidos con la organización de una Copa Mundial femenina memorable e histórica de la que se beneficiarán las jugadoras y la afición”, señaló el presidente de la Federación Mexicana de Fútbol, Ivar Sisniega, en el comunicado.