Arropados por la afición, que pese a lo tarde del encuentro no dudaron en apoyarlos, De la Peña y González lograron que el himno nacional se escuchara una vez mas en la 'Fiesta de América' en esta modalidad, algo que no sucedía desde 1963.
Por ello el binomio tricolor será recordado, más cuando el tenis mexicano fracasó en sus demás categorías en esta edición panamericana.
Los oponentes sobre los cuales alcanzaron la gloria fueron los chilenos Andrea Koch-Benvenuto y Guillermo Rivera, instalados en el lugar tres de las listas de preferencias.
La dupla nacional jugó como si tuvieran años de conocerse (era la primera vez que compartían cancha), su gran adaptación, así como la entrega de De la Peña y la experiencia de González, hicieron que tras una hora y 15 minutos de acción, dejaran la pizarra a su favor por 7-5 y 6-4.
Todo parecía indicar que el equipo sudamericano generaría mas problemas, no por nada accedió a la gran final, sin embargo el talento de los nuestros fue claramente muy superior.
Y es que una vez más la gran actitud de De la Peña, sus excelentes servicios, así como las respuestas de un motivado Santiago, que no dudaba en celebrar cada punto y, con sus brazos, pedirle a la gente más gritos y aplausos, volvieron a poner al tenis de México con letras de oro.
Con el 67 por ciento de efectividad en su servicio, tres saques perfectos, una falta doble y 21 errores no forzados, los mexicanos hicieron que se entonara el himno nacional en el estadio de tenis ubicado en el Parque Metropolitano de esta Ciudad.
