Cook arribó a los Jets el pasado verano para jugar la temporada 2023 a cambio de 5.8 millones de dólares, equipo en el que acumuló corrió para 214 yardas en 67 acarreos, el promedio más bajo de su carrera.
Los números fueron decepcionantes para el equipo de Robert Saleh porque el jugador nacido en Opa-locka, Florida, llegó a New York precedido de cuatro temporadas consecutivas por encima de las 1.000 yardas.
El corredor de 28 años, quien llegó a la NFL seleccionado en la segunda ronda del Draft del 2017 por los Minnesota Vikings, impresionó con su desempeño en la temporada 2019, en la que sumó 1.135 yardas y 13 anotaciones; en 2020 tuvo 1.557 yardas y 16 touchdowns, el máximo registro de su carrera.
En la campaña 2021 acumuló 1.159 yardas y seis anotaciones; y en el 2022 logró 1.173 yardas y ocho touchdowns, números que le valieron designaciones al Juego de Estrellas de la NFL cuatro veces seguidas.
La separación de Cook y Jets fue un mutuo acuerdo que permitirá al equipo ahorrar parte del acuerdo con el jugador y al corredor le abrirá la puerta de contratarse con alguno de los equipos que avanzarán a los playoffs en el camino al Super Bowl LVIII.
El equipo neoyorquino planeó montar un equipo poderoso que los llevara a la postemporada luego de no conseguirlo desde la temporada 2010.
La planificación falló desde la semana uno, en la que Aaron Rodgers, quarterback estelar, se rompió el tendón de Aquiles, lesión que lo dejó fuera por el resto de la campaña.
Sin Rodgers en los controles la ofensiva de los Jets no caminó. El equipo apenas tiene seis triunfos y suma 10 derrotas hasta la semana 17 de la temporada, números que lo tienen fuera de la lucha por un puesto en los playoffs. Cerrará su campaña el próximo domingo cuando se visite a los Patriots, que también ya están eliminados.
Ésta será la decimotercera temporada consecutiva que New York Jets no clasifica a la postemporada; es la racha activa más larga de la NFL.