"El nivel de seguridad será máximo", prometió Darmanin en una conferencia de prensa junto con la titular de Deportes, Amélie Oudéa-Castéra.
El encuentro del viernes será un estelar Francia-Nueva Zelanda, los dos países favoritos del Grupo A.
El dispositivo de seguridad se extenderá también a aeropuertos, estaciones de ferrocarril y transporte público, así como las zonas de aficionados instaladas fuera de los estadios, tanto de París como de las otras ocho ciudades en las que se disputará el torneo.
El Gobierno francés quiere redimirse tras el fiasco organizativo y de seguridad de la final de la Liga de Campeones de fútbol disputada en mayo de 2022 en el Estadio de Francia, situado junto a París.
Y, sobre todo, Francia quiere mostrar al mundo que puede organizar con garantías los Juegos Olímpicos de París del año próximo.
En la final de la Liga de Campeones entre el Real Madrid y el Liverpool, un gran dispositivo de policías antidisturbios para prevenir posibles acciones violentas por parte de aficionados ingleses sin entrada terminó reprimiendo a hinchas que sí tenían billete y en cambio no supo frenar a bandas de delincuentes comunes que asaltaron a los aficionados de ambos equipos.
Durante semanas, Darmanin continuó culpando a los aficionados ingleses, aunque finalmente el Gobierno francés terminó pidiendo perdón a las aficiones de los dos finalistas.
El Estadio de Francia albergará el partido inaugural, varios encuentros de grupos, la semifinales y la gran final, el 28 de octubre.