La corte de Múnich declaró culpable en siete casos de evasión al directivo de 62 años, desde hace décadas cara visible de uno de los clubes más prestigiosos y ricos del mundo. La fiscalía pedía una pena de cinco años y medio de prisión.
Hoeness escuchó la sentencia con gesto sereno y la mirada clavada en el suelo. Su abogado adelantó que "por supuesto" apelará el fallo, por lo que el jefe del Bayern evitará la prisión hasta que la instancia judicial superior ratifique la condena.
"En ningún momento fue posible una absolución", dijo el juez Ruper Heindl al anunciar la sentencia. "Tuvo muchos años para poner orden en sus asuntos", dijo a Hoeness. "Pero no lo hizo. A cambio, como usted mismo admitió, se dedicó a ganar tiempo".
Hoeness renunció a una última declaración. "No tengo nada que añadir", dijo en el inicio de la última vista.
Durante los cuatros días de juicio había admitido ya haber evadido más de 18 millones de euros a través de una cuenta secreta en Suiza. Nuevas pruebas presentadas en el proceso elevaron la cifra evadida hasta los 28,5 millones de euros (39,7 millones de dólares).
La defensa esperaba que los jueces consideraran un atenuante la autodenuncia que Hoeness presentó ante el fisco el año pasado y que destapó el escándalo, pero la presentación se consideró inválida y no influyó en el proceso.
Aunque la mayoría daba por hecho una pena de cárcel, prevista por ley para casos de evasión superiores al millón de euros, la sentencia fue recibida con estupor en Alemania, donde Hoeness encarnaba un papel de racionalidad financiera y autoridad moral.
Impulsivo, franco y dueño de una fábrica de salchichas en Núremberg, el directivo era un mito del futbol alemán.
Como jugador ganó el Mundial de 1974 con Alemania y conquistó varios títulos con el Bayern antes de retirarse en 1979 por problemas en la rodilla. Desde entonces siguió siempre vinculado al club, como mánager general desde 1979 y luego como presidente desde 2009.
El Bayern, que mantuvo hasta ahora a Hoeness en el cargo y lo respaldó abiertamente, convocó una reunión de urgencia de su cúpula para analizar la situación, pero pospuso a mañana viernes cualquier declaración pública sobre el tema.
Hoeness aún vio desde el palco del Allianz Arena el empate 1-1 ante el Arsenal este martes en Liga de Campeones y celebró con los brazos en alto el gol del equipo de Josep Guardiola.
La condena, seguida minuto a minuto por todos los medios, desató una ola de reacciones encontradas en el mundo del futbol y la política.
"Los grandes aportes de Uli Hoeness al Bayern y al futbol alemán en general se mantendrán pese a este proceso", lo elogió el presidente de la Federación Alemana de Fútbol (DFB), Wolfgang Niersbach.
Horst Seehofer, jefe de gobierno de Baviera y presidente de la Unión Cristianosocial (CSU), versión bávara del partido de la canciller Angela Merkel, se mostró consternado por la noticia.
"Estoy muy afectado sobre todo desde un punto de vista humano, porque la privación de libertad es una situación dramática para cualquier persona, también para Uli Hoeness", señaló.
Otros políticos celebraron la condena como "importante", "absolutamente correcta" y "proporcionada". Incluso el jefe de la Iglesia evangélica en el "Land" de Renania comentó la noticia: "Dios ama también a los evasores fiscales", escribió en su blog Manfred Rekowski pidiendo evitar un ensañamiento público con Hoeness. (DPA)