Al margen de la originalidad de celebrarse por primera vez en un campo de béisbol, el Marlins Park, de Miami, convertido su terreno de juego en un gigantesco escenario cuyo set principal estaba colocado exactamente donde se sitúa el montículo de pitcheo.
La noche dedicada a la presentación de los protagonistas que disputen el Super Bowl LIV, sirvió para que el deporte del fútbol americano de la Liga Nacional (NFL) ofreciese un tributo completo al legendario Bryant.
La muerte, el domingo, de Bryant, de 41 años, su hija Gianna María (Gigi), de 13, y otras siete personas más que viajaban a bordo del helicóptero que se estrelló en las montañas de las afueras de Los Ángeles, estuvo presente entre los jugadores y entrenadores de ambos equipos, pero especialmente en Sherman, el esquinero estelar de los 49ers, gran amigo de la "Mamba Negra".
Sherman se enteraró del trágico accidente cuando ya estaba en Miami con el resto del equipo tras haber viajado esa misma mañana desde San Francisco.
En lo que se suponía que sería un momento feliz para Sherman, volver a un Super Bowl tras haber sufrido una grave lesión, iba a recibir la devastadora noticia que su amigo cercano había muerto.
"Es realmente triste", admitió Sherman a los periodistas. "Era un amigo mío. Fue un mentor. Significó mucho para este mundo. Tuvo un impacto positivo y no hay nada que pueda decir para cuantificar realmente su impacto en mí y en los demás".
El vínculo de Sherman y Bryant data de una sesión de fotos de Nike que tuvo lugar justo después de que el antiguo equipo de Sherman, los Seahawks de Seattle, ganara el Super Bowl XLVIII. Pero Sherman realmente había admirado a Bryant mucho antes de eso.
Al crecer en Compton, California, Sherman, que tenía 8 años cuando Bryant ingresó a la NBA, se convirtió en un gran fanático de Los Angeles Lakers al ver los partidos con su abuela.
Mientras la pareja permaneció en contacto después del rodaje, la lesión del tendón de Aquiles que Sherman sufrió en 2017 los acercó aun más.
Bryant tuvo la misma lesión en 2013, y sirvió como caja de resonancia para Sherman y de un gran apoyo cuando estaba pasando por la agotadora rehabilitación.
Sherman incluso se aseguró de salir del campo con la grave lesión cuando había completado la jugada defensiva, a pesar que ya tenía el tendón de Aquiles desgarrado, al igual que Bryant había disparado tiros libres y se fue con su lesión.
El esquinero de los 49ers admitió que cuando recibió la primera llamada de Bryant después de la lesión, lo primero que le dijo el legendario exjugador de los Lakers es que quería asegurarse que "no era un bebé".
Sherman dijo que cuando intentó asimilar la pérdida de Bryant y su hija Gianna recordó todos esos momentos.
"Estaba realmente triste ayer y triste esta mañana. Estaba realmente deprimido", comentó Sherman. "Estaba hundido y luego pensé en lo que él me diría. Me diría que dejara de ser un bebé, que me levantara y jugara, que lo hiciera en su honor y ganara este juego para él. Y eso es lo que estamos tratando de hacer. Saldremos y trataremos de jugar una pelota dominante, tal como él quería. La mentalidad de Mamba sigue viva".
Cuando se le preguntó qué fue lo último con lo que Bryant lo dejó, Sherman, de 31 años, recordó que Bryant le dijo que fuera a ganar un campeonato y que habría momentos difíciles en su regreso que tendría que superar.
En cuanto a lo que Bryant significó para Los Ángeles, Sherman fue categórico al decir que "significó mucho para todos".
"Es un ídolo y no hay suficientes elogios que pueda darle. No hay suficientes palabras en mi lengua vernácula, en mi vocabulario, para darle el elogio y el respeto que merece porque se lo ganó", subrayó Sherman. "Me dio un montón de inspiración y a millones más de otros niños. No hay límite para el impacto que ha tenido en mi ciudad y a través de todo el mundo".