Después que la pasada noche, los Milwaukee Bucks eliminaron a los Brooklyn Nets, que al igual que los Sixers habían tenido la mejor marca durante la temporada regular y eran los grandes favoritos a lucha por el título en el Este, el joven base Trae Young lideró a los Hawks a sus primeras finales en la Conferencia Este desde el 2015.
El duelo contra los Haws comenzará contra los Bucks, que tienen la ventaja de campo, en Milwaukee con el primer partido de la serie previsto para el próximo miércoles.
Esto marcó solo el segundo año desde 1973, cuando la NBA comenzó a sembrar para los playoffs por conferencia, que ninguno de los equipos que salieron como cabezas de serie número uno llegará a la final de sus respectivas Conferencias después que los Utah Jazz, primeros en el Oeste, quedaron eliminados por Los Angeles Clippers, que fueron cuartos.
Young hizo un triple tardío y anotó 21 puntos para ayudar a Atlanta a ganar por tercera vez en la serie en Filadelfia, una victoria que les aseguró su continuidad en la competición de los playoffs y rompió la racha de 0-9 en los séptimos partidos de playoffs como visitantes.
"Este equipo es especial, hombre", dijo Kevin Huerter. "Todos nos han contado todo el año. Para nosotros llegar hasta aquí y ganar en este edificio en el Juego 7, es enorme para nosotros".
Pero los Hawks ignoraron su ignominiosa historia y obtuvieron uno en Filadelfia, donde ya ganaron en el primer partido y en el quinto y dejaron eliminados a las Sixers, los grandes favoritos con sus estrellas el pívot camerunés Joel Embiid y el base australiano Ben Simmons, que volvieron a fallar en su denominado "Proceso".
No tan profundamente, ni siquiera los Hawks podrían haber visto venir esto, especialmente en marzo cuando estaban 14-20, undécimos en la Conferencia Este y despidieron al entrenador Lloyd Pierce.
Bajo el entrenador interino Nate McMillan, los Hawks se convirtieron en un equipo que comenzó a jugar una gran defensa y Young se encargó de liderar el ataque para que el equipo de Atlanta llegase a los playoffs por primera vez desde la temporada del 2017.
Todo lo contrario de lo que al final les ha sucedido a los Sixers, que brillaron durante toda la temporada y se suponía que Embiid, el subcampeón del Jugador Más Valioso (MVP)de la NBA, Simmons y un elenco de estrellas de alto precio tenían el camino despejado frente a los Hawks para llegar a las finales.
Young se sacudió desde la cancha una noche por lo demás mala -5 de 23- y siguió con los tiros a canasta hasta que anotó el triple que les dio a los Hawks la ventaja de 87-93 con 2:31 minutos por jugarse que fue todo lo que iban a necesitar camino del gran triunfo.
El base estrella de los Hawks acabó con un doble-doble de 21 puntos, 10 asistencias y tres rebotes que lo dejaron como segundo máximo encestador del equipo.
El escolta Kevin Huerter, que surgió como el factor sorpresa ganador, lideró a los Hawks con 27 puntos, selló la victoria con tres tiros libres y la casa llena de 18.624 espectadores se quedó tan silenciosa como cuando comenzó la temporada sin aficionados por causa del Covid-19.
Luego los seguidores de los Sixers comenzaron a abuchear a los jugadores cuando abandonaron la cancha y a tirar basura a la pista.
Mientras que los Hawks celebraban con el ala-pívot John Collins, que fue todo un líder bajo los aros al conseguir un doble-doble de 14 puntos, 16 rebotes, un robo y un tapón.
Mientras que otro hombre alto, el ala-pívot reserva, el italiano Danilo Gallinari, también se merecía ser el sexto jugador de los Hawks al llegar a los 17 puntos, incluidos tres triples, y capturar cinco rebotes.
El pívot suizo Clint Capela cumplía con 13 tantos, el más eficaz del equipo, además anotó 6 de 8 tiros de campo, y capturó seis rebotes para completar la lista de los cinco jugadores que tuvieron números de dos dígitos.
Pero lo más importante del partido con los Hawks es que siempre se mostraron tranquilos y confiados, todo lo contrario de los Sixers, en la que solamente Embiid y el escolta Seth Curry respondían en el ataque.
Simmons y el resto del equipo no tenía buen control del balón y lo perdieron 10 veces en la primera mitad, que les iba a pasar factura cuando llegó el marcador final.
De ahí que los dobles-dobles de Embiid y del alero Tobias Harris al final no pudieron tener la recompensa de la victoria.
Embiid logró 31 puntos, 11 rebotes y tres asistencias, pero perdió ocho balones, mientras que Harris aportó 24 tantos, capturó 14 balones bajo los aros y dio cuatro pases de anotación, además de recuperar dos balones.
Nada sirvió, ni las 13 asistencias de Simmons, porque se quedó con apenas cinco puntos y sin que pudiese lograr ninguno de los decisivos que necesitó el equipo para evitar la eliminación.