“Esto es como un sueño”, dijo la psicóloga Beatriz Barreto, mientras se escuchaba el tronar de “bravo”, “Sensacional”, “tremendo”, “otra, otra”. Los cantantes líricos se despedían, pero el público insistía con sus aplausos y los obligaron a salir de nuevo al escenario.
Con el acompañamiento de la Orquesta Sinfónica de Bogotá y bajo la dirección de la maestra Ligia Amadio, se entonaron piezas arias de ópera como “Cosi fan tutte” de Mozart.
El auditorio del teatro Julio Mario Santodomingo gozó con los tríos, duetos y cuartetos.
Mientras, el tono sube cuando interpretan “Rigoletto” de Giuseppe Verdi en duetos y cuartetos que pone en juego la venganza, entrelazando sentimientos y pasando –según los conocedores de este arte- por uno de los momentos más hermosos de la historia de la ópera y una página sin igual en la escritura vocal lírica con maravillosas líneas melódicas.
Luego entra el “Barbero de Sevilla”, obra de Gioachino Rossini, una de las óperas más populares que convierte con delicioso toque lo dramático en cómico.
La mezzosoprano Guadalupe Paz interpreta “Una voce poco fa”, catalogada como una de las obras musicales más sublime de la lírica, donde una joven lucha por el amor de un Conde. La cantante Paz se luce en los colores que pone a su voz y la elevan en este arte lírico.
El tenor Javier Camarena fue la sensación. Cautivó al público con su voz, la extensión sonora de las notas musicales, pero además con una calidad impecable, de colores variados y limpieza en su tonalidad.
Sus presentaciones individuales recibieron la excelente acogida del auditorio.
Camarena puso al público de pie cuando interpretó “Si ritrovarla, io giuro” de Giocchino Rossini, pieza de amor que se propone encontrar el amor perdido, superando temores.
La Mezzosoprano Guadalupe Paz con su voz grave, adorna los tonos súper altos y controla de manera perfecta el vibrato rápido. No en vano ha encaminado la especialización al virtuosismo vocal, sin perder el estilo.
El barítono Jorge Lagunes con sus agudos fuertes y sus tonos graves ligeros y brillantes hizo vibrar a los asistentes con interpretaciones, como: “¡Ah! mes amis, quel jour de féte” de Gaetano Donizetti, obra que con sentimiento patrio, evoca la esperanza del amor.
La revelación de la noche fue la joven estudiante Karen Gardeazabal, quien demostró madurez con su melódica voz aguda, sorprendió en los duetos con Camarena y en la interpretación de “Chi il bel sogno di Doretta” de Giacomo Puccini, cuando el amor, la pasión y la ternura envueltas en una caricia son un sueño hecho realidad.
Fue una noche donde se pudo apreciar la evolución del arte del canto con la selección de arias, duetos, tríos, y cuartetos de obras maestras.
Con estas voces sensacionales, el público también hizo un recorrido por todos los sentimientos, porque lloraron, se apasionaron, rieron y hasta sintieron el dolor del desamor.