El proyecto terminó en 2021, con la salida de Merkel de la cancillería, y ahora se expone en momentos en que la excanciller está retirada de la vida pública y pareciera querer hacerse invisible.
"Merkel ahora no diría nada", dijo Koelbl en la presentación de la exhibición, cuando se le preguntó si no le interesaría seguir ahora fotografiando a la excanciller y aprovechar para preguntarle sobre su opinión acerca de la situación actual del mundo.
La fotógrafa se mostró convencida de que, como persona privada y retirada de la política, evitará cámaras y micrófonos, eludirá todo juicio sobre su sucesor y no cree que ni siquiera visite la exposición que ha sido dedicada a ella.
El gesto del rombo, los dedos índices y pulgares unidos formando esa figura geométrica, surgió, según dijo Koelbl, durante la presentación de la muestra, en 1998, para luego convertirse en algo icónico.
El proyecto de Koelbl se extendió durante 30 años. Empezó en 1991 cuando Merkel se convirtió en ministra de Familia, y prosiguió durante los 16 años en los que fue canciller (2005-2021).
"Acordamos que yo no contaría nada y que solo publicaría las fotos cuando ella saliera de la cancillería", dijo la fotógrafa.
Merkel, según Koelbl, nunca quiso intervenir en la elección de los motivos fotográficos y tampoco quiso nunca revisar las fotos para darles su visto bueno. "A diferencia de muchos políticos que he fotografiado no es para nada vanidosa", dijo.
Koebl fotografió a Merkel año tras año, con una pausa en el tiempo en el que fue secretaria general de la Unión Cristianodemócrata (CDU), entre 1998 y 2000, antes de convertirse en presidenta del partido.
La exposición tiene una sección dedicada a sus años como ministra de los dos últimos Gobiernos de Helmut Kohl, primero de Familia y luego de Medioambiente, entre 1991 y 1998. Otra sección está dedicada a los años de la cancillería.
En las fotos Koebl prescinde de todo lo que pueda ser interpretado como emblemas del poder y, en cambio, opta por una escenografía sobria, con un fondo blanco y una silla cualquiera.
La foto documenta una evolución que incluye tanto los cambios físicos propios de la edad, y normales en cualquier persona, como otros que tienen que ver con el cambio de funciones.
Así, por ejemplo, con la llegada a la cancillería, según puede concluirse de las fotos, Merkel empieza a controlar más sus gestos y, en general, su lenguaje corporal.
La exposición incluye citas de Merkel, algunas tomadas de conversaciones con la propia Koebl en las sesiones fotográficas.
En esas conversaciones, en los primeros años, Merkel solía hablar de cuestiones personales, lo que dejó de hacer cuando llegó a la cancillería en 2005.
"¿Qué he aprendido en estos años? Tal vez ahora me resulta más fácil tomar decisiones. Pero la pregunta acerca de lo que he olvidado y perdido en estos años es tal vez igual de interesante", dijo Merkel ya en 1994, cuando era ministra de Kohl.
La serie sobre Merkel es la continuación de otra llamada "Spuren der Macht" (Huellas del poder) en la que documenta la transformación física de diversos políticos a través de los años. Merkel formó parte de esa serie, iniciada en 1999, al igual que el excanciller Gerhard Schröder o el exministro de Exteriores, Joschka Fischer.
Koelbl sostiene que la pregunta de Merkel, acerca de lo que olvidó y perdió ya en sus primeros años como política, es clave en cuanto que muestra algo fundamental en el desarrollo de la función pública.
Un político obtiene poder, sostuvo Koelbl, pero también pierde algo y paga un precio físico y espiritual.
La serie de fotografías ha sido publicada en forma de libro por la editorial Taschen.