"Bienvenidas de nuevo, señoras: el Ladies Lounge (Sala de Mujeres) reabre sus puertas. Acompáñenos durante un último mes (del 19 de diciembre al 13 de enero) de celebraciones, espectáculos y derroche general antes de que la Sala abandone MONA para siempre", según un anuncio publicado hoy por el museo.
Un portavoz del MONA indicó a EFE que la Sala de Mujeres es una "obra de arte viva" y que, aunque cerrará "para siempre" en enero, anunciarán en el futuro los próximos pasos de esta iniciativa irreverente contra la discriminación histórica de las mujeres.
La sala fue clausurada el pasado abril en un juicio tras ser acusado el museo de disriminar a los hombres, pero otro tribunal superior falló a favor del Mona en septiembre.
Para celebrar esta "victoria" judicial, el MONA señaló hoy en el portal del museo que si bien "los hombres (todavía) no están permitidos", algunos elegidos mediante solicitud digital podrán acceder a la sala para ponerse al "servicio" de las féminas.
El Ladies Lounge, que acoge una exposición del mismo nombre con falsificaciones del pintor español Pablo Picasso, acaparó la atención mediática cuando a principios de año el australiano Jason Lau denunció que en 2023 el museo le impidió el acceso a la instalación a pesar de haber pagado la entrada completa al recinto.
En un inicio, un tribunal administrativo de Hobart consideró discriminatorio el veto a los hombres, pero en septiembre pasado, el Tribunal Supremo del estado de Tasmania, la máxima instancia judicial de esta jurisdicción, se pronunció a favor de que un museo mantenga su sala exclusiva para mujeres.
Entonces, el juez Shane Marshall, del Tribunal Supremo de Tasmania dijo en su fallo, que obligaba al tribunal administrativo a reconsiderar su decisión, que la polémica sala estaba destinada "a promover la igualdad de género poniendo de relieve la desigualdad de género que constituía el correspondiente desequilibrio".
Durante el proceso judicial, la curadora estadounidense Kirsha Kaechele, que es también esposa del dueño del MONA, David Wals, cerró la sala e incluso llevó las reproducciones de los cuadros de Picasso al lavabo de mujeres, además de realizar protestas teatrales a las afueras del tribunal en Hobart.
Kaechele has asegurado que con su Ladies Lounge buscaba reflejar "la segregación histórica de género" en Australia, un país donde hasta 1965 solo los hombres tenían derecho a entrar a un bar a beber o donde existen clubs de caballeros de los que las mujeres no pueden formar parte.