La ganadora del Premio Nobel de la Paz 1992 llega a dicha edad como una defensora activa, que recientemente publicó su libro autobiográfico “K’aslemalil-Vivir. El caminar de Rigoberta Menchú Tum en el Tiempo”.
En esa obra, la autora da cuenta de la lucha que ha emprendido a favor de los derechos humanos e incluye pasajes de su vida como mujer, madre e intelectual, de acuerdo con la página web “eltiempolatino.com”.
Rigoberta Menchú Tum nació el 9 de enero de 1959 en El Quiché, Guatemala, en el seno de una humilde familia campesina perteneciente a la etnia maya-quiché, por lo que desde niña trabajó en el campo al igual que sus padres, indica el portal de Internet “buscabiografias.com”.
A los 16 años, presenció el asesinato de su hermano, a manos de los terratenientes que querían echar a los indígenas de sus tierras y a los 19, comenzó a militar en el Comité de Unidad Campesina (CUC).
Un año más tarde aprendió a hablar español, pues hasta entonces sólo sabía el quiché y sus dialectos.
El padre de Menchú murió quemado en la embajada de España en Guatemala, donde fue encerrado junto con 38 personas más por protestar por la situación que sufría su comunidad. En tanto, su madre fue secuestrada, torturada y asesinada por grupos paramilitares.
La página de Internet “quien.net” indica que Rigoberta decidió tomar un camino diferente al de la mayoría de sus compatriotas y familiares, haciendo uso de la denuncia pacífica, lo que la llevó a ir a diferentes partes del mundo, donde presentó pruebas de la violación de los derechos humanos que sufría su patria.
Esta situación la obligó a exiliarse en la Ciudad de México en 1983, año en el que publicó el libro “Me llamo Rigoberta Menchú y así nació la conciencia”, en el cual dio a conocer los pormenores de su trágica vida y las motivaciones de su lucha.
En 1988 regresó a Guatemala para continuar con su movimiento pero fue detenida.
De acuerdo con información del sitio electrónico “frmt.org”, en esa época conoció a Nineth Montenegro (1958), quien a través de la organización Grupo de Apoyo Mutuo (GAM), y la presión de miles de estudiantes universitarios ayudó a que la liberaran.
Posteriormente comenzó a tener una participación activa en la Organización de las Naciones Unidas (ONU), asistiendo a las sesiones anuales de la Comisión de Derechos Humanos, de la Comisión de Prevención de las Discriminaciones y Protección de las Minorías y al formar parte del grupo de trabajo sobre poblaciones indígenas.
En 1992 la labor de Rigoberta Menchú fue reconocida con el Premio Nobel de la Paz. Su posición le permitió actuar como mediadora en el proceso de paz entre el gobierno y la guerrilla en los años siguientes.
Tiempo después y con sus colaboradores más cercanos formó la Fundación Vicente Menchú, la cual posteriormente tomó el nombre de Fundación Rigoberta Menchú Tum y bajo su dirección se dedica a apoyar a las poblaciones más necesitadas.
La activista Rigoberta Menchú ha publicado “La nieta de los Mayas” (1998), así como los libros infantiles: “Li Mi'n, una niña de Chimel” (2003) y “El Vaso de Miel” (2003).