Reencuentro con orígenes de México en Museo del Templo Mayor

Localizado en el Centro Histórico de la Ciudad de México, a un costado de la Catedral Metropolitana y a sólo unos pasos de Palacio Nacional, el Museo del Templo Mayor espera alcanzar las 20 millones de visitas en su 30 aniversario.

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En las últimas décadas del siglo XX, tras el hallazgo de la diosa Coyolxauhqui en febrero de 1978, arqueólogos descubrieron la ubicación exacta del Templo Mayor de los mexicas, que fue destruido tras la ocupación española y cuyos restos habían permanecido ocultos durante siglos.

Nueve años después abrió sus puertas el Museo del Templo Mayor, el 12 de octubre de 1987, con el fin exhibir las piezas encontradas en las excavaciones derivadas del Proyecto Templo Mayor, y con ello complementar la visita de la Zona Arqueológica, de acuerdo con un comunicado difundido por la Secretaría de Cultura Federal.

“El arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma trató de separar dos conceptos que reflejan la ideología mexicana, el Templo Mayor estaba dividido en dos: la capilla dedicada a Tláloc, dios de la lluvia, y la dedicada a Huitzilipotzcli, dios de la guerra”, comentó la directora del recinto, Patricia Ledesma Bouchan.

Al reproducir esta idea dual, explicó que la mitad del museo se ha dedicado a los temas de guerra, muerte y sacrificio, mientras que la otra parte a los de la lluvia, vegetación y alimentación; de manera que se integra por ocho salas: Antecedentes arqueológicos, Ritual y sacrificio, Tributo y comercio, Huitzilopochtli, Tláloc, Flora y fauna, Agricultura y Arqueología histórica.

La arqueóloga agregó que en la planta baja del recinto se ubican las salas dedicadas a la base social que corresponden al tributo, la alimentación y la agricultura, y en la parte alta se sitúan las referentes a la política y la religión.

“El proyecto del Templo Mayor lleva casi 40 años, en ese tiempo se ha excavado y a partir de lo que se ha encontrado se han desarrollado múltiples tesis, libros, reportajes y conferencias que nos permitieron identificar el corazón de México Tenochtitlán”, comentó Ledesma Bouchan.

Además se rescataron otras construcciones relevantes, hacia el norte tres adoratorios de menor tamaño, entre estos un Altar Tzompantli y uno de dos templos rojos dedicados al dios Xochipilli, así como la Casa de las Águilas de mayores proporciones.

“El Templo Mayor se amplió siete veces, hemos encontrado más de 140 ofrendas depositadas por los mexicas, de la séptima etapa de ampliación no tenemos prácticamente nada ya que Hernán Cortés conquistó la ciudad y desapareció el Templo Mayor, lo que se tiene es a partir de la sexta”, detalló.

Además de estas edificaciones desde noviembre de 2016 se pueden observar los vestigios del Gran Basamento a través de dos ventanas arqueológicas ubicadas en la calle República de Argentina, y se considera uno de los edificios más importantes de lo que fue el centro ceremonial tenochca, cuyo estado de conservación es único.

Este Gran Basamento presenta evidencias de por lo menos cinco etapas constructivas que comprenden el periodo entre 1440 y 1521 d.C. Por ahora se desconoce la función original de esta construcción o si estuvo dedicada a alguna deidad.

Las ventanas arqueológicas tienen como propósito mostrar que Tenochtitlan fue una enorme ciudad que no sólo incluyó al Templo Mayor, sino 78 grandes edificaciones, que gracias al trabajo tanto del Proyecto Templo Mayor como del Programa de Arqueología Urbana, se están recuperando.

Tras hacer un recorrido por la zona arqueológica que evidencia las siete etapas constructivas y las cinco ampliaciones parciales del más importante edificio religioso y político de los mexicas, los visitantes también pueden ingresar al Museo del Templo Mayor, donde pueden apreciar 10 mil piezas arqueológicas.

Asimismo se pueden apreciar diversas exposiciones temporales como “Xipe Tótec y la regeneración de la vida” que fue inaugurada en noviembre de 2016 y que hasta el pasado 5 de febrero había recibido 151 mil 313 visitas.

La muestra reúne casi 50 piezas que representan a la deidad prehispánica y hacen referencia a su culto en la Cuenca de México y en otras zonas de Mesoamérica, entre las que destaca una escultura descubierta en Tula, Hidalgo, en diciembre de 2009 y que por vez primera se exhibe fuera de su lugar de origen.

La directora del recinto indicó que la muestra parte de la tesis doctoral del investigador Carlos González González, enfocada en Xipe Tótec, “el interés que mostró por este dios fue porque la fiesta de Tlacaxipehualiztli, era la más grande, cuestionándose porqué a una deidad que no era la principal se le hacía la fiesta más importante.

“Luego de años de investigación, González González descubrió que el dios Xipe Tótec es la representación del maíz, la nixtamalización implica quitarle el pellejito al grano de maíz porque el cuerpo no puede digerirlo tal cual, es justamente un símil lo que ocurre en una fiesta dedicada a Xipe Tótec”, agregó.

“La fiesta ceremonial se realizaba antes de la época de lluvias, porque se pedía una buena siembra para lograr la cosecha del maíz, también se daba las gracias por la buena guerra, por ello se sacrificaba al más valiente capturado en batalla, la fiesta a Xipe Tótec resumía los dos pilares de Tenochtitlán: la guerra y la cosecha”.

Bajo la dirección del maestro en Ciencias Antropológicas del Instituto Nacional de Antropología e Historia, Eduardo Matos Moctezuma, se hicieron las primeras excavaciones arqueológicas del proyecto Templo Mayor; entre 1978 y 1982 se recuperaron más de siete mil objetos y salieron a la luz los vestigios del Templo Mayor de Tenochtitlan.

Tales descubrimientos dieron origen a la iniciativa de edificar un museo de sitio para exhibir lo encontrado y con ello complementar la visita de la zona arqueológica, por lo que el Museo del Templo Mayor abrió sus puertas al público el 12 de octubre de 1987.

Fuente: Notimex