Cada equinoccio (boreal), en la zona de Chichén Itzá se puede contemplar un fenómeno en las escalinatas de la pirámide que asemeja la sombra en movimiento de Kukulcán, la serpiente emplumada y deidad de viento y del agua en la mitología maya.
El fenómeno arqueo-astronómico se vio en todo su esplendor a las 16:56 horas (21:56 GMT) y cautivó a los visitantes, procedentes de diversas partes del mundo.
La potencia de los rayos del sol llena de energía a los visitantes locales, nacionales y extranjeros, atraídos por la hierofanía (manifestación de lo sagrado) de los mayas que sigue cautivando a las nuevas generaciones, igual que a los sacerdotes, dignatarios y otros personajes de la élite prehispánica.
La turista rumana Alexandra y la estadounidense Briana de Atlanta, consideran en entrevista con Efe "interesante" y "hermoso" el descenso de Kukulcán.
Su primera vez en Yucatán las ha llenado de "energía y buena vibra". "me siento feliz", explica la rumana.
“Sin duda es una hierofanía porque es una manifestación de lo sagrado con principios tecnológicos y agrícolas relacionados con la astronomía y ese conocimiento está presente, simboliza la forma de unión con el pasado novedoso que se mantiene en la forma enraizada y fuerte entre la comunidad maya actual”, cuenta a Efe Orlando Casares, especialista del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de México.
“Lo bonito del fenómeno del descenso de Kukulcán es que permite dar continuidad a la ruptura que se registró con la conquista de los españoles, porque las raíces de la cultura maya son tan fuertes que sobrevivieron sus ciclos de quema, preparación de la tierra, siembra y cosecha”, detalla.
El autor del libro “El Castillo de Chichén Itzá: su significado astronómico y agrícola” (2020) asegura que el descenso de Kukulcán tiene vinculación directa con las prácticas tradicionales de los mayas: “se fundamentan en sus conocimientos sumamente elevados”.
Para el astrónomo y matemático yucateco Eddie Salazar Gamboa, en este año post-covid-19, Kukulcán es generoso, porque el fenómeno se registró desde el 16 de marzo y terminará el 26, no sólo durante el equinoccio de primavera (20 de marzo).
Autoridades del INAH permitirán el paso de los visitantes el 19, 20 y 21 de marzo, pero sólo 11,000 personas por día, aunque el Semáforo epidemiológico está en verde -riesgo bajo de contagio-.
Esta lunes, una ambulancia ingresó repentinamente y atravesó la explanada de la zona arqueológica de Chichén Itzá sorprendiendo a los miles turistas que esperaban el descenso de la Serpiente Emplumada.
La movilización de los elementos se debió a que una hormiga toro picó a una turista de chilena y tuvo que ser trasladada dada la peligrosidad de la picadura de este insecto.