Esta es la oferta que para la Feria Universitaria del Libro FUL 2014 traerá la novel escritora originaria de la ciudad de México, un libro de cuentos por el que recibió el Premio Owen 2010”, con la particularidad de que el último de los 13, llamado “Si el sujeto vivo es femenino” inspiró otra obra, “Principio de Certidumbre”, ganadora del Premio Bellas Artes Juan Rulfo a la primera novela.
Cecilia Magaña, quien vivió en Pachuca de los cinco a los nueve años y terminó de formarse en Guadalajara, donde radica actualmente, explica que en realidad el libro no tiene relación con el narco, el libro tiene que ver con expresiones de lenguaje que usamos en referencia a la cabeza.
El volumen es una publicación de Arlequín, editorial situada en el estado de Jalisco y está compuesto de tres partes, la primera dedicada a la palabra “Cabeza”; la segunda se llama “Cortarse la cabeza” y la última sección llamada “Perder la cabeza”.
Cecilia comenta que la primera sección llamada “Cabeza” es en relación a la forma como usamos esta palabra. “Él es cabeza de familia” o “esta persona es mucha cabeza” o “es la cabeza de un proyecto, un líder”.
“Hay una sección, ‘Cortarse la cabeza’ que versa sobre nuestro lenguaje. Cortar la cabeza se dice cuando a alguien se le corre o se corta el sueño a alguien; hay un cuento que es una fantasía en el que uno de los retos es cortar la cabeza porque es un reality show, donde se está buscando el mejor verdugo de México”.
Y la última sección llamada “Perder la cabeza”, son cuentos de los personajes, “ya sea que se enamoran, porque así ocupamos también la expresión, o se dejan ir por los impulsos, les gana la ira”.
Cecilia Magaña explica que la inspiración para el libro surge a partir de un juego de ferias urbanas, de un truco, el de la mujer araña. Es la ilusión óptica que tiene una lección moral, la de la mujer que desobedeció a sus padres o mintió y por eso se convirtió en la mujer araña; es un truco visual muy sencillo que nadie se lo compra en estos tiempos y que pareciera un espectáculo ya viejo y olvidado.
También “hay un espectáculo que se llama la cabeza decapitada que vi de niña y que es básicamente lo mismo: es un hombre que por infiel le cortan la cabeza. Es la lección moral y se queda para siempre ahí, detenida su cabeza sobre algodón, se supone que puede ver, escuchar, hablar y el espectador entra y le hace preguntas”.
En “La Cabeza Decapitada” también hay algunos cuentos que podrían tener una inspiración autobiográfica como el llamado “Benito hacia milagros”, que es de la sección de “Cabeza” en la que dos niños encuentran un retrato de Benito Juárez donde está únicamente pintada la cabeza del héroe de la Reforma en el Siglo XIX y ellos, por ver la cabeza, creen que es un Santo como San Pablo y le empiezan a rezar para pedirle milagros; ese cuento está inspirado en una situación infantil donde un primo y yo pensábamos que Benito Juárez era un Santo”, finaliza la novel escritora.