En un comunicado, la junta de patronos describió a Weinberg, de 68 años y que lleva dos décadas liderando el Whitney, como "un director único en la vida", mientras que consideró a Rothkopf, de 46, un "agente de cambio" que ya ha tenido un impacto en la institución.
Según The New York Times, el director saliente tiene una larga trayectoria y está en torno a la edad de jubilación, pero su salida forma parte de un relevo generacional que está teniendo lugar en importantes museos de todo el mundo y que anticipa cambios en el panorama artístico.
Weinberg, que lleva un total de 30 años trabajando en el museo y supervisó el traslado del Whitney desde su antigua ubicación en el Upper East Side de Manhattan hasta su nuevo hogar en el barrio de Meatpacking en 2015, se convertirá en director emérito y patrono honorario, según la nota.
La junta celebró que se trate de una promoción interna de la "mejor opción posible" y anticipó una "transición sin fisuras", ya que Rothkopf, el nuevo director, ha estado trabajando los últimos 13 años para Weinberg.
Bajo el liderazgo del director saliente, indica la nota, el Whitney multiplicó su público anual hasta 1.2 millones de personas (antes de la pandemia), sus miembros hasta 50,000 y sus fondos hasta 400 millones de dólares, además de suplicar el personal hasta 400 empleados y hacerlo más diverso.
Rothkopf, graduado en historia del arte y arquitectura por la Universidad de Harvard, comenzó su andadura como comisario en los museos del prestigioso centro mientras publicaba críticas y artículos en medios de arte, y en el Whitney ha organizado más de una decena de exposiciones.
Este mismo miércoles, los trabajadores unidos a un sindicato en el Whitney alcanzaron por primera vez un acuerdo con la dirección en cuanto a sus contratos después de más de un año de negociaciones.