El Leopold de Viena reúne a 200 "primos lejanos" en una exposición sin principio ni fin

Un Klimt de 1885 y una obra de hace dos años. Cubismo checoslovaco y arte trasgresor letón. Cuadros serbios de 1970 y abstracción austríaca de los 90. Una amalgama de estilos y países que el Museo Leopold de Viena inaugura este miércoles como una reunión de familiares lejanos que no se conocen pese a estar relacionados.

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El Museo Leopold de Viena inaugura este miércoles "Parientes desconocidos", una exhibición de 200 piezas procedentes de seis colecciones de cuatro países. EFE/ Antonio Sánchez Solís

Justo así, "Parientes desconocidos", se llama la exhibición de 200 piezas procedentes de seis colecciones de cuatro países cuyo nexo común es que todas provienen de los fondos de empresas que forman parte de una de las mayores multinacionales de seguros de Europa.

Como un encuentro de "primos segundos" repartidos por toda Europa resume a EFE esta muestra una de sus comisarias, Vanessa Joan Müller.
Primos segundos

Primos, asegura, que forman parte de una gran familia y que tienen algo en común, pero que nunca antes se habían visto.

La exposición no se centra en ningún artista, periodo ni estilo concreto sino que recorre, sin orden cronológico, los ricos fondos de esas colecciones de empresa que, por primera vez, se muestran juntas en este formato, para celebrar el 200 aniversario de Wiener Städtische, una de las principales aseguradoras del grupo.

Müller reconoce que dar forma a esta exhibición ha supuesto un cierto desafío porque las 200 obras, de 94 artistas, presentadas cubren 150 años de historia de la pintura, desde un retrato femenino terminado por Gustav Klimt en 1885, a 'New Fiery Community', un mural que la austríaca Barbara Kapusta pintó en 2022.

"Pero tomamos una decisión consciente de mostrar todo el espectro y luego miramos dónde estaba el foco de cada una de las colecciones", señala la experta.

En el proceso, cuenta Müller, se vio lo bien que "cooperaban" el surrealismo o el cubismo y se usó como nexo de unión cómo se ve el pasado del arte desde el presente.

La muestra se nutre de las colecciones de empresas de Austria, República Checa, Serbia y Letonia que forman parte de la multinacional Vienna Insurance Group.

Ni principio ni fin

El recorrido por las cuatro salas de la muestra no tiene principio ni fin marcado. Los visitantes pueden elegir por donde empezar ese paseo por épocas, estilos y países.

A escasos metros cuelgan "Señora con sombrero de paja", una pieza de 1922 del checo Antonín Procházka entre el cubismo y el surrealismo, y otra "Dama con sombrero" (1900) en la que el academicismo clásico de Vojtěch Hynais asume matices impresionistas.

Piezas de arte abstracto y montajes de fotos sobre el asesinato de Kennedy. Cuadros con reminiscencias de pop art y paisajes fantásticos. Miembros de la Secesión de Viena, como Kokoschka o Egger-Lienz, con jóvenes pintores austríacos.

La idea de esa mezcla, señala la comisaria, es que piezas creadas en contextos y épocas muy diversas se miren frente a frente, abriendo la posibilidad de que los visitantes las contemplen ahora desde perspectivas diferentes.

De hecho, Müller asegura que se trata de una forma de exponer poco habitual en un museo, en la que no se han seguido patrones cronológicos ni establecido relaciones directas entre periodos.

La exposición puede visitarse en el Museo Leopold hasta el 6 de octubre.