Celebra escultor Javier Marín 30 años de carrera

Para celebrar los casi 30 años de carrera del escultor Javier Marín, se una subasta de diversas piezas conmemorativas para apoyar a los artistas emergentes en su recorrido hacia el mundo profesional.

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En el evento, realizado en el Museo Interactivo de Economía y organizado por la marca de whisky Buchanans, Marín comentó sobre su trayectoria que "hacer lo que a uno le gusta y lo que a uno le apasiona de manera ininterrumpida, te hace sentir muy afortunado".

En entrevista, el artista expresó que ya casi son 30 años y “la verdad es que cada año ha sido mejor que el anterior. Mi carrera, a nivel personal, ha sido muy satisfactoria".

Respecto a las piezas a subastar, refirió que se trata de tres cajas para Buchanans 18 Special Reserve, así como una cabeza reeditada para conmemorar sus 30 años como escultor, hecha de amaranto y resina de poliéster, emblemática de su trabajo.

En ese sentido, mencionó que los recursos obtenidos de la subasta serán destinados a los programas de la Fundación Marín, en particular al denominado “Encuentros”, que tiene como objetivo apoyar a los artistas emergentes en su recorrido hacia el mundo profesional.

"Por experiencia propia, he detectado que se trata de un momento muy vulnerable, es decir, el salto entre la formación académica y la vida profesional, por lo que a través de este programa estamos tratando de apoyarlos", señaló el artista visual.

A lo largo de su trayectoria, Javier Marín ha realizado más de 90 exposiciones individuales y ha participado en más de 200 muestras colectivas en Estados Unidos y Canadá, así como en varios países de Centroamérica, América Latina, Asia y Europa.

Algunas de sus piezas se encuentran en exposiciones públicas y privadas de museos como el de Arte Moderno en la Ciudad de México, el de las Finas Artes en Boston, el de Arte en Santa Bárbara y la Malba-Fundación Constantini, en Buenos Aires.

En 2008, Marín obtuvo el premio de la Tercera Bienal Internacional de Arte de Beijing, China, y en 2010 inauguró el retablo central y presbiterio de la Catedral Basílica de Zacatecas, considerada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.