El Día de Muertos, es una fiesta donde los vivos invitan a los espíritus de los difuntos a que regresen al hogar durante un breve tiempo, para disfrutar del calor que sólo el hogar sabe dar.
Entre los elementos clave en los altares de muertos, se encuentran las bebidas tradicionales como el agua, que no solo es usada para calmar la sed de los espíritus sino que en ciertas regiones del sur del país se asocia directamente como un conducto entre la vida y la muerte.
Además, hay una extensa variedad de bebidas tradicionales mexicanas que en vida seguramente fueron del agrado del difunto y que se relacionan con el simbolismo que se les daba en la época prehispánica, entre ellas encontramos el aguamiel, el pulque y el cacao, que posteriormente se le conoció como chocolate y que hoy en día también sigue siendo parte fundamental de las ofrendas.
La palabra chocolate se deriva del náhuatl XOCOLATL, formada por los vocablos ATL (agua) y COCOTL (choco), que se refiere al ruido que las semillas de cacao hacen cuando el agua comienza a hervir. Antes de la llegada de los españoles, el cacao se utilizaba para elaborar una bebida con agua que tenía un sabor agrio. Se empleaba además como moneda para llevar a cabo el intercambio comercial (trueque) y para el pago del tributo, por lo que se le tenía en gran estima. Se dice que Moctezuma se tomaba durante el día 40 tazas de esta bebida como afrodisíaco.
Durante la Colonia, el cacao se comenzó a preparar con leche y endulzarse con azúcar lo que la llevó a convertirse en una de las bebidas más solicitadas no sólo en la Nueva España, sino incluso en Europa, ya que era considerada "Bebida de Reyes".
El chocolate se convirtió en estrella mundial y gracias a sus múltiples bondades hoy en día se emplea en la gastronomía, sigue siendo un regalo ideal, resulta la opción perfecta para aliviar el desánimo y celebrar la alegría. Sin duda alguna, no puede faltar en una ofrenda típica mexicana este Día de Muertos. Al fin y al cabo, fue de México de quien el mundo conoció el cacao.
Para la Asociación Nacional de Fabricantes de Chocolates, Dulces y Similares (Aschoco) es primordial rescatar y fortalecer la imagen del chocolate, símbolo de identidad nacional y parte de nuestra herencia y tradición.