El largometraje aborda la explotación de las menores desde la mirada de Desi, interpretada por Scarlet Camilo, que aspira a ser cantante pero va entendiendo, por lo que escucha en casa y lo que ve en la calle, que convertirse en mujer acarrea unas imposiciones y expectativas con las que no se siente cómoda.
La cineasta neoyorquina de origen dominicano Gabriella A. Moses y la productora dominicana Sterlyn Ramírez encabezan el equipo de latinas que ha dado forma a este filme, que reclama que a las jóvenes se las proteja y se les dé "un espacio para que sigan sus sueños", según expresó la directora a EFE.
Ramírez quería contar una historia en torno al turismo sexual en el Caribe que reflejara el "problema de las chicas jóvenes con hombres mayores y cómo la gente hace la vista gorda", un tema que Moses ya conocía por su colaboración con una ONG dominicana, Mariposa, dedicada a empoderar a las niñas a través de la educación.
En el entorno de Desi están otras niñas de su edad que parecen aceptar la creciente sexualización de sus cuerpos, algo que ella vive con resignación, y en el otro extremo, un grupo de raperos y raperas que, con sus letras y actitud, le abren los ojos al presente de su sociedad y a otras posibilidades de futuro.
También están su madre y su tía, que son las cabezas de una familia humilde sin figuras paternas, y los hijos varones de cada una: dos primos que han emigrado a Estados Unidos y que vuelven a Dominicana para una reunión familiar.
El filme gira en torno a la boda del primo de la niña, Elvis, con una estadounidense mayor que él y rica; el retorno de su hermano, Fran, que oculta que trabaja como repartidor en Nueva York, y los secretos que las mujeres guardan y que, en lugar de proteger a la familia, contribuyen silenciosamente a un ciclo de abuso.
En el Caribe y Latinoamérica, reconoció Moses, hay mucha "cultura del machismo", y cuando las mujeres no hablan de los abusos que han vivido "se termina por no proteger a las otras mujeres de la familia e incluso a los hombres jóvenes" que pertenecen a ella.
"Para nosotras, era importante hablar sobre sexualidad y explotación, pero también, aparte del turismo y de la gente que viene, (más bien sobre) cómo la familia y la gente más cercana te pueden dejar desprotegido. ¿Cómo se rompen esos ciclos?", abundó la directora, mezclando el inglés y el español.
Moses se declaró orgullosa de que su ópera prima compita por el premio de narrativa internacional en Tribeca y consideró que el proyecto es como un "regreso a casa" en muchos aspectos, ya que se estrena en Nueva York, donde ha crecido, y la historia transcurre en República Dominicana, de donde es su familia.