Esta obra con músicos y bailarines en escena y escrita y dirigida por Naher Jacqueline Briceño se estrena mundialmente el 24 de marzo en el Miami Dade County Auditorium, donde están programadas tres funciones hasta el día 26.
En una entrevista con EFE en su academia de actuación en Miami, sede de su compañía Veritatem, cuyo nombre se debe a que "la verdad es lo que buscamos al actuar", dice Barraza, la actriz nominada al Oscar dice que le gustaría representar "Madre" en Argentina y México, los dos países que le son más cercanos.
También son dos países donde la desaparición forzada dejó, y sigue dejando en el caso de México, huellas muy dolorosas.
"Nosotros tenemos 100 y tantos mil desaparecidos. La desaparición forzada deja un luto que nunca se termina, es algo que nunca cierra", señala Barraza, que tiene un gran relación con Argentina, el país de su actual esposo y del anterior y donde vive su única hija.
MADRES EN UN LUTO INTERMINABLE
Para su personaje no se inspiró tanto en las Madres de Plaza de Mayo como en las madres "buscadoras" de México.
"Son grupos de madres que desde hace no sé cuánto, más de una década, se han dedicado a hacer lo que no ha hecho nadie, ni las autoridades ni nadie se van al desierto con picos y palas. Y especialmente, fíjate que es una cosa muy terrible, con varas largas que ellos meten ahí a donde se les ocurre más o menos que puede haber fosas", afirma la actriz de Toluca.
Si la punta de la vara, al sacarla, huele a muerto, entonces ya saben que es ahí donde tiene que cavar, agrega Barraza, quien dice que a esas madres las mueve el encontrar a sus hijos pero ayudan a buscar los de otras mujeres por un "deseo de justicia".
"Se han encontrado fosas de cientos de personas gracias a ellas", agrega.
La actriz recuerda que conoció en persona a una de las Madres de Plaza de Mayo de Argentina, hoy ya fallecida, y le preguntó si pensaba que su hijo seguía vivo.
"Seguramente no, pero jamás voy a dejar de buscarlo", le respondió.
Briceño ha concebido la obra en torno a un personaje "ancestral" o "milenario" que representa a todas la mujeres que han buscado a sus hijos desaparecidos a lo largo de la historia y de distintos lugares de la Tierra y que podría ser una heroína de una tragedia griega.
Es un personaje que para Barraza ha sido duro de componer y la vez le ha producido un "gozo inmenso".
"Es una experiencia muy desgarradora, muy exigente. Requiere mucha energía", dice, tras recordar que en los cuatro meses de preparación hubo momentos en los que "no podía dejar de llorar".
SIN SOLUCIÓN A LA VISTA
Sobre la imagen terrible de un México con desiertos que ocultan fosas de personas asesinadas dice que "desafortunadamente" es cierta y cuando se le pregunta quiénes son los responsables responde:
"Siempre se dirá que es el narcotráfico. Pero finalmente, y también esta mujer habla de eso, el narcotráfico está avalado, apapachado y coludido con una cantidad de gente poderosa" .
A sus 67 años y después de haber creído de joven que luchando se lograría acabar con la injusticia, Barraza reconoce a las claras que no ve una solución al problema.
"En este momento, a mis 67 años, digo no lo sé, me quedo sentadita tratando de hacer lo que puedo, claro", dice.
Y "lo que puede" es poner la desaparición forzada en el foco con una obra como "Madre", que no va a ser el único estreno en este año de una actriz a la que buscan no solo los directores como Alejandro González Iñárritu, que contó con ella en "Amores Perros" y en "Babel".
En mayo se estrena "Mónica", una coproduccoón ítalo-estadounidense con Barraza y Patricia Clarkson en el elenco y dirigida por Andrea Pallaoro acerca de una mujer transgénero que dejó su casa cuando era un adolescente y tiene que regresar a ver a su madre enferma.
Ese mismo mes se estrena en Netflix "El último vagón", dirigida por Ernesto Contreras, donde hace de una maestra rural en un pueblo de ferrocarrileros, y en agosto un filme de Warner, "The Blue Beettle", con un superhéroe mexicano que tiene una abuelita de 80 años que no es otra que Adriana Barraza.