Los entierros muestran la transición paulatina de la práctica funeraria mesoamericana a la cristiana.
En un comunicado, la institución indicó que especialistas de la Dirección de Salvamento Arqueológico (DSA) llevan tres meses hurgando en el subsuelo de un predio de 630 metros cuadrados, localizado en las inmediaciones del Centro Deportivo Xochimilco.
Agregó que la intervención en el sitio, donde se proyecta la construcción de un local comercial, "fue necesaria debido al alto potencial arqueológico del lugar, el cual forma parte de la poligonal declarada Patrimonio Mundial por la UNESCO, así como de la Zona de Monumentos Históricos de la alcaldía".
En sus trabajos, los especialistas han constatado que "los sucesivos moradores realizaron escasos cambios a las estructuras de una casa ubicada en el Barrio San Pedro Tlalnáhuac, manteniendo prácticamente la misma disposición espacial desde el periodo Posclásico Temprano (900-1350 d.C.)".
A ese periodo corresponde el contexto más antiguo, registrado a más de dos metros de profundidad, explicó la coordinadora de la DSA, Mara Becerra.
La arqueóloga señaló que el registro de materiales cerámicos y líticos en la excavación indicó que "durante esa época parte de la vivienda estuvo destinada a actividades cotidianas referentes al aprovechamiento del entorno lacustre y chinampero".
Recordó que Xochimilco fue un asentamiento del extrarradio sujeto al Estado mexica (azteca), al cual proveía de productos agrícolas y otros bienes.
Diversos especialistas han señalado que "las chinampas son un verdadero experimento de bioingeniería hecho por los aztecas" y que representaban un importante sistema de agricultura que le daba de comer a un millón de personas en la época prehispánica.
En la nota, el INAH dijo que aunque no se ha determinado la extensión total de los conjuntos habitacionales -pues estos se prolongan a los predios contiguos-, "el hecho de que varios de los espacios hayan mantenido la misma función hasta el siglo XIX, permitió explorar con libertad lo que fuera el patio", área abierta de donde se han registrado importantes hallazgos.
Precisamente en el patio, que servía de conexión entre las dos unidades, los arqueólogos han localizado hasta ahora 17 entierros.
Entre ellos, los restos de un individuo adulto al que le fue ofrendado un bezote de obsidiana (pendiente que adornaban el labio inferior) y una vasija de la loza del tipo Texcoco Bruñida, indicativos de que el personaje contaba con cierto estatus social, por lo menos, dentro de la familia o localidad.