En esta ocasión Armando Vega Gil entrega una antología que recoge su trabajo de veinte años como cuentista, obras escritas entre los años 1991 y 2014 conforman el ejemplar compuesto de cuatro libros: Horror, Desamor, Locura y Bolillos, relatos cargados de una variedad de espectros, estilos y búsquedas que el mismo autor describe en cada una de sus partes.
En Horror deja una serie de relatos pesadillezcos, literatura terrorífica que no deja de lado el humor; por su parte, Desamor reúne sus cuentos más recientes, publicados en diversas revistas donde colabora y algunos más breves ya compartidos con sus lectores y seguidores a través de su cuenta de Twitter; Locura es para Armando el libro más divertido del volumen construido con humor negro, personajes al borde de situaciones límite y una visión de la locura como oposición de la razón; Bolillo, finalmente, se conforma de la recopilación de un viejo libro que se le perdió en la noche de los tiempos y al cual tituló como “La Semiótica de la semita” o, “Ay, qué ricos tus cocoles”, apartado dedicado a las panaderías tradicionales y la diversidad de panes.
El cuentista declara que el producto final es resultado de un trabajo intenso y cuidadoso en la selección de su contenido, mismo que depuró de una antología previa a ésta, realizada hace algunos años a la que agregó algunos de los cuentos breves creados desde entonces y que albergan sus visiones del mundo actual pero con respeto a los lenguajes de cada una de las épocas de los relatos previos.
Para su armado final buscó un acomodo organizado y fluido, tanto en ritmo como en estilos narrativos yendo de más a menos —o de menos más, según el libro—, a fin de conservar la tensión dramática. Se observa una minuciosa labor en la ubicación de los textos líricos como en el caso de “El hilo negro”, narración dedicada a su padre que fue alpinista y que está incluido junto a otro cuento sobre un escalador de roca, en un pueblo extraño y olvidado con un toque muy mexicano.
Como consecuencia, el literato hace una reflexión sobre los relatos que entrega a sus lectores y dejan de ser suyos para llevarlos más allá de sus hallazgos, donde los ires y venires estilísticos no sólo concretan una lectura entretenida sino parte de la vida de este escritor y artista prolífico.
La búsqueda en las letras de Vega- Gil lo ha llevado a autoreconocerse literariamente como novelista, terreno donde dice encontrarse bastante cómodo ya que le permite extenderse, sin embargo, se declara cuentista de oficio, pues los textos cortos responden a las necesidades de las revistas que lo publican, al punto de tener material suficiente para un nuevo libro de cuentos que estará listo entre el 2016 y el 2017.
Hablar de Armando Vega- Gil es referirse a un artista redondo, multidisciplinario y con una gran convicción de difundir la cultura y las artes a través de su vida cotidiana, por estas razones no sorprende su aceptación a participar en la 28 Edición de la FUL que organiza el Patronato de la UAEH con el auspicio del Conaculta; ahí se dirige Vega-Gil con el propósito de presentar la gama de posibilidades que ofrece el cuento uniendo al ser con su parte intelectual y emocional, así como la de hacer visible sus medios y recursos como escritor que se vuelven una llave, una clave para el interesado en escribir y mostrar a los jóvenes los pasos naturales donde se da el fogueo y el entendimiento de las conexiones argumentales, la función de la palabra según donde la colocas y se logra encontrar tu estilo propio, tu voz.