La mayor parte de lo que se ve en la película son hechos reales y todo está basado en lo que narran los indocumentados, pero la cinta "se queda muy corta, la realidad es doblemente cruda", declaró el director.
Los tres niños protagonistas no son actores: Brando López y Karen Martínez, dos adolescentes guatemaltecos, y Rodolfo Domínguez, un joven indígena tzotzil de Chiapas.
También aparece en la película el sacerdote mexicano Alejandro Solalinde, que ha recibido amenazas de muerte por ayudar a los inmigrantes en su paso por México rumbo a Estados Unidos, una travesía en la que son víctimas de secuestros, extorsiones y abusos.
"Solalinde es mi amigo de hace muchos años y quería que apareciera en una escena", contó el cineasta en la primera proyección con público en México.
La película compite por el premio principal del 11 Festival Internacional de Cine de Morelia.
Hasta la fecha ha recibido unos 16 premios, incluyendo el de mejor interpretación de la sección "Una cierta mirada" del Festival de Cine de Cannes.